Para los estudiantes universitarios del interior que viven y cursan en el Campus de Miguel Lanús, ir a visitar a su familia los fines de semana dejó de ser un plan perfecto. Porque hace ya un tiempo, el regreso a casa se ve empañado por una situación cada vez más común: ser asaltado a metros de su departamento.Por otro lado, estos alumnos, pero también los vecinos y todos quienes circulan a pie por la zona del Campus y de la Terminal de Transferencia, están expuestos a un altísimo riesgo de ser atropellados por los vehículos. Es que ni los colectivos de línea respetan el semáforo.Robos en las penumbrasAl llegar los domingos desde sus casas en localidades del interior de Misiones, los jóvenes se bajan del colectivo interurbano en la parada que está sobre la ruta 12 y de allí se dirigen a sus casas, ubicadas a pocas cuadras, en los albergues que proliferan en la zona.“Las calles están muy oscuras. A una compañera le asaltaron la semana pasada a metros de la parada que queda a media cuadra de su casa. Eran las siete de la tarde. Y le robaron toda la plata del alquiler. Ya son varios los casos de robos”, señaló a PRIMERA EDICIÓN Maximiliano Venialgo (22), oriundo de Eldorado y estudiante de la carrera Contador Público en la Facultad de Ciencias Económicas en el Campus.Al conocer que los robos se están generalizando y sobre todo a principio del mes que es cuando los jóvenes regresan de visitar a sus familias con el dinero para pagar el alquiler, muchos han optado por cambiar su itinerario. “Nos quedan dos opciones: regresar el lunes a la mañana y perder horas de clase, o volver el domingo al mediodía, para llegar a nuestro departamento cuando todavía hay luz”, señaló Venialgo. Su padre, Luis Alberto recalcó a este diario su gran preocupación. “Varios compañeros sufrieron robos y es mucho dinero, son alrededor de dos mil pesos que a los padres nos cuesta obtener”, dijo.Además, y como le debe ocurrir a los padres de los jóvenes que estudian y viven en la zona, al despedir a su hijo en la terminal, toda la familia se queda en vilo hasta que reciben el aviso de que llegó bien a su casa.“Algunos ya ni quieren hacer la denuncia porque prácticamente es lo mismo, nadie investiga y en la comisaría dicen que no tienen combustible para hacer las recorridas”, agregó el padre.Presencia de los policíasConsultados sobre la cuestión de las recorridas, desde la Comisaría Décima que tiene jurisdicción sobre unos ocho barrios que se extienden entre ruta 12, barrio Malvinas, ruta costera, cerco perimetral del supermercado Vital y avenida Cabo de Hornos, indicaron que “se hacen las recorridas preventivas” pero está sujeto a las otras acciones que realiza la comisaría como traslados, detenciones y demás.A ojos del estudiantado, la presencia policial en el barrio es escasa. Y la situación se agrava si se tiene en cuenta que el barrio es muy oscuro a ambos lados de la ruta 12.Un cruce hacia la muerteLos riesgos para estos estudiantes como para toda la comunidad de la zona no se agotan en los robos porque el otro gran riesgo es al querer cruzar la ruta.Los vehículos pasan a velocidades altísimas entonces sólo quien pueda correr tiene chances de cruzar la ruta sin ser arrollado.“Los colectivos cruzan en rojo el semáforo que está a la salida de la terminal de transferencia. Sólo cuando hay policías frenan y esperan”, señaló una estudiante.Daños irreparablesHace casi un año, el 19 de junio, una joven obereña fue atropellada por un taxi cuando intentaba cruzar sobre la senda peatonal frente al Campus. Se sigue recuperando lentamente de las gravísimas lesiones sufridas pero hay daños irreparables, por ejemplo, que debieron extirparle un riñón. La joven se llama Camila, tiene 18 años y por el siniestro estuvo en terapia intensiva casi un mes. “Poco a poco se está recuperando pero le quedaron muchas secuelas”, contó a PRIMERA EDICIÓN su madre, quien se encuentra en juicio contra el taxista. La joven perdió el año y debió comenzar de nuevo a cursar en Instituto Linneo de Oberá.El pedido de un puente peatonalA raíz de este lamentable suceso, estudiantes de la Facultad d Ciencias Económicas se habían movilizado solicitando a la universidad que tomara cartas en el asunto vial. Se desarrollaron reuniones con la Municipalidad y se formalizó un pedido de instalar un puente peatonal frente al Campus para facilitar el paso. Además se solicitó ampliar los tiempos de los semáforos y colocar inspectores. De todo esto, lo poco que cambió se relaciona con los semáforos. Pero del puente peatonal no hay proyectos en pie. Según indicó a este Diario el Secretario de Seguridad municipal, Víctor Ruschman, “no está previsto instalar un puente peatonal allí. Las obras que se realicen son acordes al diseño de la travesía urbana”. Estas obras corresponden a Vialidad Nacional.Ruschman destacó que “durante el cursillo de ingreso -se desarrolló entre febrero y marzo pasado- pusimos controles de efectivos a la tarde, una hora a la entrada y una hora a la salida del curso, sobre todo porque hay jóvenes que recién ingresan, no conocen y hasta adaptarse corren más riesgo”.Si bien esta acción fue positiva, dada la irresponsabilidad de los conductores que viajan a altas velocidades y no frenan en la senda peatonal, la presencia de agentes de tránsito debería ser permanente. Fotos: J.C. Marchak





Discussion about this post