Si un ruso duerme con una persona del mismo sexo, es mejor que mantenga la boca cerrada en el trabajo. Y si intenta hacer bandera política de lo que en realidad es un “defecto”, saliendo a la calle a manifestarse, la multa está casi asegurada. En Rusia, la homosexualidad está condenada, sobre todo como movimiento social. Ni la literatura, ni la prensa ni la política pueden enarbolar la bandera gay.El Partido Comunista Ruso propuso que “salir del armario” sea castigado por la ley. Dos diputados del partido rojo, Ivan Nikitchuk y Nikolai Arefeyev, quieren multar con 58 euros a quien exprese comportamientos ajenos “a las relaciones sexuales tradicionales”.El arresto para quien se declare gay estando cerca de centros educativos o culturales sería de hasta 15 días de duración. La propuesta se debatirá la semana que viene en la Duma (cámara baja del Parlamento ruso) y pretende prohibir los besos entre parejas gays y hasta confesar públicamente la homosexualidad.El comunista Nikitchuk ve a los gays como gente “enferma y loca” y espera que su ley pare lo que considera “una estrategia de Occidente para invadir las mentes rusas, corromper a la juventud y debilitar nuestra tasa de fertilidad”, según dijo al portal de noticias Meduza.





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