MADRID, España (AFP-NA). Todavía dolida diez años después de los atentados del 11 de marzo de 2004, España recordó ayer a los 191 muertos y cerca de 1.900 heridos que conocieron el horror cuando cuatro trenes abarrotados fueron pulverizados por bombas islamistas.“Hoy se cumplen diez años del mayor atentado terrorista de la historia de Europa”, afirmó Ángeles Pedraza, presidenta de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), recordando las “191 vidas rotas por la barbarie” durante un multitudinario homenaje en el madrileño parque del Retiro. Poco antes, en la catedral de La Almudena, una misa solemne con la presencia del rey Juan Carlos, la reina Sofía y el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, reunió a un millar de personas en torno al trágico recuerdo.Diez bombas estallaron casi simultáneamente en cuatro trenes de Cercanías, en plena hora punta en las estaciones de Santa Eugenia, El Pozo, en la entrada de la estación de Atocha y el último dentro de esta estación, en pleno centro de la capital.El lunes, 365 víctimas habían sido condecoradas en una ceremonia en el Teatro Real de Madrid, entre ellos, la brasileña Adeniria Moreira, de 48 años, pasajera en uno de los trenes que perdió el bebé que esperaba, y que como cientos de heridos sigue traumatizada por el recuerdo. Con la mirada oculta tras unas gafas de sol, este martes lucía orgullosa su medalla en el Retiro y lamentaba que se hubiese reservado a los políticos el lugar de honor en el acto. Aunque la misma noche del ataque un grupo afín a Al Qaeda reivindicó la acción, el gobierno presidido entonces por el conservador José María Aznar acusó desde un primer momento a ETA.La obstinación del Ejecutivo en apuntar a la banda vasca contribuyó a la derrota del Partido Popular (PP) de Aznar, con Rajoy de candidato, en las legislativas del 14 de marzo que llevaron al poder contra todo pronóstico al socialista José Luis Rodríguez Zapatero.Tras un largo proceso judicial y apelaciones en el Tribunal Supremo, 18 personas fueron condenadas por el “11-M”, con dos penas récord de casi 43.000 años de cárcel. Sin embargo, rodeados por la policía el 3 de abril de 2004, los considerados siete principales autores del ataque se hicieron estallar con explosivos, en un apartamento de Leganés, en las afueras de Madrid.En estos diez años, los servicios de seguridad españoles multiplicaron sus operaciones para desmantelar células islamistas y detuvieron a 472 “yihadistas”, pero las autoridades alertan que todavía existe un “riesgo probable” de atentados en el país y que la amenaza terrorista sigue siendo “alta”.





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