BUENOS AIRES (Medios digitales). El empresario Alfredo Pesquera, quien estuvo imputado y luego absuelto en 2000 por la muerte del cantante Rodrigo Bueno y que desde el viernes era buscado acusado por el crimen del financista Miguel Angel Graffigna, asesinado este año en la Capital Federal, fue hallado muerto de un disparo dentro de su camioneta.Fuentes policiales confirmaron que el cuerpo de Pesquera estaba dentro de su camioneta BMW X6 negra estacionada en la zona norte de la ciudad de Buenos Aires, presentaba un disparo y un arma fue hallada en el piso junto, por lo que la principal hipótesis es que el empresario se suicidó. De todas maneras, los investigadores no descartan ninguna teoría.En diciembre de 2001, el empresario Alfredo Pesquera había sido absuelto en un caso resonante: el homicidio del “Potro” Rodrigo en un accidente de tránsito. Alguna que otra acusación por “estafas” lo llevó nuevamente a las crónicas policiales en los años siguientes. Sin embargo, el viernes había caído sobre él la acusación más grave de su vida: por pedido de la fiscal Paula Asaro, el juez de Instrucción Javier Ríos ordenó su captura nacional e internacional como autor del crimen de Miguel Angel Graffigna (35). Este financista apareció asesinado de un balazo en la cara dentro de su lujoso Peugeot RCZ el sábado 8 de junio de este año, en el barrio de Villa Ortúzar.Una importante deuda que mantenía Pesquera con Graffigna y también con el luchador Jorge “Acero” Cali habría sido el móvil del homicidio. El registro del GPS del auto de la víctima, filmaciones de cámaras de seguridad de la vía pública y una serie de mails en los que el financista le reclamaba una fuerte cantidad de dinero fueron fundamentales para profundizar esta hipótesis. El viernes por la noche la Policía fue a detener al acusado a su casa de La Pampa al 3.000, en Belgrano, pero no lo hallaron. Trascendió que se mudó 3 veces desde el crimen. Ayer, finalmente, apareció muerto en su lujoso automóvil.“Miguelito”, como le decían los amigos a Graffigna, llevaba una vida complicada tanto en lo personal como en lo profesional.Según su familia, dos de sus ex mujeres lo vivían amenazando. Junto a una de ellas incluso había sido detenido en 2011: ambos fueron acusados –y luego absueltos– por el doble crimen de una pareja swinger, ocurrido en 2004 en la localidad platense de Villa Elisa.Tanto su madre, Rita Tiscornia, como su hermana, María Gimena, siempre creyeron que la vida sentimental de Miguel Angel estaba directamente relacionada con su homicidio. Desde la Justicia se investigó esta línea, pero nunca se descuidó la hipótesis económica.Graffigna era una luz para los negocios financieros. Según algunas fuentes prestaba dinero y, desde hacía unos meses, estaba asesorando y trabajando con “Acero” Cali.Para la fiscal, sus “amistades” de negocios eran clave. Fue esta línea de investigación la que dio frutos.El Peugeot de Graffigna tenía un GPS, cuyo primer análisis no dio ninguna pista. Asaro decidió pasarle el trabajo a los especialistas en Informática de la Procuración y recién entonces se recuperó el recorrido que la víctima había hecho poco antes de ser asesinado.Hasta que se obtuvo esta información sólo se sabía que el viernes 7 de junio Graffigna había llamado sobre las 19 a su mujer para decirle que iba a cenar y que se había encontrado con un amigo, del que se despidió en la bifurcación de la avenida Córdoba con Estado de Israel. También, que había cargado nafta en la YPF de Dorrego y Córdoba. Luego una cámara lo filmó a las 20.13, estacionando su auto sobre la calle Fraga al 1300. Y allí su cuerpo fue encontrado por un vecino en la mañana del sábado 8.El GPS fue central porque, al mostrar la ruta completa de la víctima, quedó en evidencia que había pasado por la casa que Pesquera tenía en la calle Tronador, a unas 13 cuadras de donde lo asesinaron. Ese dato, sumado a una corta llamada entre ambos (los investigadores creen que fue un “salí, estoy en la puerta” o algo parecido), delineó un panorama que terminaron de completar los mails.Gracias a que la madre de la víctima aportó su clave de correo electrónico se llegó a los mails entre Graffigna y Pesquera. Eran varios y en todos ellos el financista amenazaba a Pesquera al estilo “pagame la guita o te voy a hacer boleta”. Luego la fiscal descubrió que poco antes del crimen Graffigna había comprado una pistola Glock 40, el mismo calibre del arma usada para matarlo. Por eso se cree que lo asesinaron con su propia pistola, que nunca apareció.Justamente por eso es que quizás la Policía no descarta un hecho de homicidio en torno a la muerte de Pesquera, más allá de que todo apunte a un suicidio. Es que ambos se movían en un ambiente demasiado oscuro.





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