POSADAS. Tras siete años de ausencia del Festival Nacional de la Música del Litoral, Vanessa Avellaneda, en la noche del viernes – casi madrugada del sábado-, levantó al público con su inmenso caudal de voz y con su actitud alegre y contagiante en el escenario del anfiteatro. Canciones tradicionales“Voy a cantar sólo canciones tradicionales y bien chamameseras – dijo a PRIMERA EDICIÓN -, en el transcurso de una breve entrevista realizada minutos antes de su entrada al proscenio frente al cual estaba la multitud que ocupaba las gradas hasta en los pasillos. Rememorando la noche aquella de festival en que le tocó entrar con el público aullando porque se les había cortado la luz y el sonido a Los Nocheros en su primera actuación en Posadas y antes de Hoaracio Guarany, sin embargo con su voz de cálidos matices, vibrante, con fuerza, acalló a la tribuna que terminó pidiendo un bis. La opinión de Horacio“Esta chica es de oro, ¡cómo calmó a las fieras !”, dijo el santafesino que observaba desde un costado del escenario. Fue la consagración de Vanessa Avellaneda a quien bautizarían más adelante “la alondra misionera”. Entonces bajo el cielo de Posadas, antenoche bajo el techo del escenario, la alondra revalidó sus títulos con una actuación extraordinaria. En esta oportunidad la acompañó un grupo integrado por Monchi Lima en guitarra de Posadas; Víctor Vallejos en guitarra, Lisandro Gómez en acordeón, Mario Ruiz en batería, Ulises Ferreyra en bajo, todos de Aristóbulo del Valle. A ellos se sumaron el guitarrista de San Lorenzo, Corrientes , Miguel Pérez quien , de paso aportó su voz apaoyando a Vanesa y conformandomun muy buen dúo y Osvaldo Torres en acordeón. Con este seleccionado grupo Vanessa afrontó al público detrás de “Los Cuestas hermanados “, quienes habían puesto todo de sí para que el público de ahora reaccionara como el público de aquél 1963 en que los hermanos Néstor y Rubén Cuestas, “estrenaron” el silbar de los pájaros entrerrianos en el escenario Alcibíades Alarcón. Mientras el público pedía “otra, otra “ de los Cuestas, la Avellaneda le sacudió el depósito de sapucays a cada uno de los presentes con temas del acervo regional tales como Pescador y guitarrero, Jamás te podré olvidar, Misionero y Guaraní y Puerto Tirol. “La rompiste Vane”, fueron las palabras conque la recibieron tras bambalinas al finalizar la actuación que marcó su regreso al festival mayor de Misiones. No se puede soslayar que el grupo que la acompañó tuvo a músicos como Vallejos, una de las guitarras virtuosas que posee el interior de la provincia y a Monchi, ese chico que se lo puede ver en primera fila de la banda del Servicio Penitenciario Provincial con su guitarra.De Corrientes Miguel Pérez, buen violero y gran cantor , acompañante de muchas de las grandes figuras de la música en la provincia vecina.Pero aparte de eso la motivación de Vanessa Avellaneda en refirmar sus pergaminos en ese lugar emblemático para los artistas locales. Y lo logró. Ramón “el grande“, infaltable Promediando la noche, la gente comenzó a mirar hacia lo alto de la tribuna; por el pasillo central como una deidad mitológica de las tribus silvícolas, descendía, escoltado por dos ninfas aladas y custodiado por 20 lanceros, Ramón “el grande” Ayala. En su voz un himno conocido en el ritual festivalero, abajo lo esperan Cacho Bernal y Mauri Pérez, juntos harán la música del vate mayor de Misiones. Luego, invitaría a Ayelén Gauna, niña no vidente, a cantar con el con lo que se cumpliría el sueño de una pequeña que canta con la troupe de “Música sin límites” que conduce el profesor Leiva: un emotivo momento para los asistentes al festival en la segunda noche brillante de la edición 44 para el 2013.





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