POSADAS. Por un firme pedido de la Unión Industrial de Paraguay, el presidente de ese país, Federico Franco, ordenó a la Armada Nacional que realice trabajos en la frontera para contrarrestar el contrabando de productos argentinos, que ingresan a menores precios invadiendo las calles de las grandes ciudades y produciendo fuertes caídas en las ventas y producción de productos y alimentos de su propio origen.La UIP denunció fuerte caída de la producción, impacto en el empleo y reducción de las ventas a raíz de que no pueden competir con los precios de los productos argentinos, muchos de ellos con fabricación subsidiada y otros beneficiados por el tipo de cambio más bajo.La situación motivó una reunión entre el propio presidente, varios de sus ministros y los poderosos industriales paraguayos donde se acordó instar a las fuerzas de seguridad a reforzar el control en las fronteras con las provincias de Misiones, Chaco, Corrientes y Formosa.Luego de esa reunión, el presidente Franco dijo el martes en declaraciones radiales que habrá “tolerancia cero” con el contrabando de productos argentinos.Los industriales quisieron ir un poco más allá y argumentando que la actividad está paralizada, pidieron al mandatario que cierre la frontera, medida similar a la que tomó el vecino país del Uruguay.“Los uruguayos cerraron la frontera con la Argentina, cualquiera que atraviesa no puede llevar ninguna galletita. Para eso vamos a reunirnos a ver si el Ejecutivo se pone al frente de este proyecto”, remarcó el titular de la UIP, Eduardo Felippo.La preocupación del gremio radica en que los sectores formales, como los importadores y de la producción, están sufriendo efectos negativos. El nivel de facturación de las industrias locales, como las importadoras, vienen cayendo al igual que las ventas en los supermercados en un orden del 15% en las últimas semanas, según los empresarios.Las quejas de los industriales se suman a las de los comerciantes encarnacenos, quienes aseguran que sus ventas cayeron 60% y aseguran que ya se produjeron cierres de locales y despido de personal.El presidente paraguayo, en plena reunión, les pidió a los empresarios que denuncien con nombre y apellido a los contrabandistas, para ir a buscarlos con la Armada.El interés de los paraguayos por comprar en Argentina creció a medida que el valor del peso en el mercado paralelo se fue depreciando frente al dólar y al guaraní. Antes de que comenzaran los controles a la compra de divisas en Argentina, hace poco más de un año y medio, la relación era de 1.000 guaraníes por peso, ahora la cotización oficial es de 800 guaraníes, pero en los comercios el cambio bajó a unos 480 guaraníes por cada peso.Con su moneda fortalecida, a los paraguayos les resulta más barato comprar en mercados como Posadas o Clorinda, en Formosa. Los productos más buscados son los combustibles, alimentos y cemento, mercaderías que ingresan a Paraguay sin ser declarada y sin tributar. El titular de la Cámara de Comercio de Encarnación, César Cerini, explicó que incluso muchos comerciantes de la vecina orilla cruzan a Posadas, donde abastecen sus locales con productos argentinos y los revenden en plaza local.En un claro gesto a los industriales, Franco aseguró que combatirán el contrabando “no solo en ríos y aduanas, sino también en el Mercado de Abasto, supermercados y todos los negocios”. Ahí mismo exigió al ministro de Industria y Comercio, Diego Zavala, que fortalezca los controles “para que no exista contrabando” y para que haya posibilidades de "favorecer a los hortícolas del país”. Afirmó que cuenta con el apoyo de la Armada, la Policía, de la Detave, de la Senave, Senacsa y demás instituciones del Estado. Aseveró que la policía sabe “perfectamente quiénes son los contrabadistas”. Pidió que les acerquen la información para “caerles y hacer lo que corresponde, poniéndolos a disposición de la Justicia”.




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