La Asociación Maderera, Aserraderos y Afines del Alto Paraná (AMAYADAP) solicitó formalmente a la Federación Argentina de la Industria de la Madera y Afines (FAIMA) que avance hacia un esquema de regionalización salarial para el sector, en el marco de las negociaciones paritarias en curso, atravesadas por la recesión, la caída del consumo interno y el derrumbe del precio de la madera.
El planteo fue elevado mediante una nota dirigida a la presidenta de FAIMA, Mercedes Omeñuka, donde la entidad con sede en Eldorado remarcó que las diferencias productivas, impositivas, operativas y legales entre regiones hacen inviable aplicar un criterio salarial único para todo el país. En ese sentido, advirtió que la negociación debe contemplar las realidades de cada zona para garantizar “un tratamiento equitativo y sostenible”, sin romper la unidad empresaria.
Desde la cámara misionera subrayaron además que la regionalización no debe interpretarse como fragmentación, sino como un mecanismo que fortalece la representación y la legitimidad de los acuerdos, preservando al mismo tiempo el empleo en un escenario económico crítico. Como antecedente, mencionaron el esquema vigente en el trabajo rural, donde las condiciones se negocian por regiones a través de comisiones asesoras.
Un aumento que impacta
En diálogo con PRIMERA EDICIÓN, el presidente de AMAYADAP, Enrique Bongers, confirmó que los paritarios de FAIMA acordaron recientemente una recomposición del 0,8% para noviembre y otro 0,8% para diciembre, que se suma a un acuerdo previo del 1,35% para noviembre y 1,30% para diciembre, lo que deja un aumento acumulado superior al 2% mensual.
“Los paritarios nuestros siguen negociando aumentos mayores a los que proponemos desde la cámara. Nosotros habíamos hecho otra propuesta, pero no fue tomada en cuenta. Como estamos dentro de FAIMA, tenemos que acatar lo que la federación negocia”, explicó.
Bongers advirtió que el impacto de estos incrementos no es igual para todas las empresas, y puso como ejemplo la profunda diferencia entre un carpintero chico y un aserradero mediano o grande. “Un carpintero puede tener dos, cinco o diez empleados. En cambio, un microaserradero arranca con 15 o 20 personas, y en esta zona hay aserraderos de 150, 200 o 300 empleados. Ese 2% mensual en 300 trabajadores impacta de manera totalmente distinta que en una empresa con cinco empleados”, remarcó.
Mercado planchado
El titular de AMAYADAP describió además un escenario muy complicado para la forestoindustria misionera. “La madera no aumenta hace más de un año. Se está vendiendo con promociones para poder mover algo. El mercado interno sigue totalmente planchado”, señaló.
En cuanto a las exportaciones, explicó que solo algunos actores logran colocar madera rústica en el exterior, pero a precios muy bajos. “Son mercados que no le cierran al aserradero chico, porque no da para comprar el rollo y salir a exportar a esos valores. Los que exportan son los que tienen forestaciones propias y están consumiendo ahorros para seguir produciendo y mantener la rueda girando”, detalló.
Profesionalización
Además del reclamo por salarios regionalizados, AMAYADAP propuso profesionalizar las paritarias y crear mesas técnicas previas a las negociaciones con el gremio. “Pedimos que los paritarios no sean siempre los mismos, que se profesionalice esa función. FAIMA tiene fondos para hacerlo”, sostuvo Bongers.
Asimismo, planteó que cada cámara pueda aportar datos concretos. “Propusimos que FAIMA convoque a mesas técnicas por región, con números ciertos, para que los paritarios profesionalizados ya vayan con información real a negociar con la USIMRA”, explicó.
Otro punto central del reclamo es la negociación por ramas o por sectores, especialmente para los aserraderos. “Pedimos que se nos trate de manera diferenciada del resto de las cámaras. Nuestra realidad productiva, por zona y por cantidad de empleados, es completamente distinta a otras”, remarcó.
Asamblea y renovación de autoridades
Por último, Bongers adelantó que este lunes AMAYADAP realizará su asamblea anual, donde se elegirán las nuevas autoridades para el período 2026. El actual presidente confirmó que se propondrá para continuar un año más al frente de la institución, en un contexto que definió como “uno de los más complejos que ha vivido el sector en las últimas décadas”.





