El Instituto Misionero de Biodiversidad (IMiBio), con sede en Puerto Iguazú, acaba de lograr un hito que trasciende la frontera regional: tres de sus trabajos sobre el funcionamiento y la visión de su Biobanco fueron publicados simultáneamente en la prestigiosa revista Biopreservation and Biobanking.
Este reconocimiento internacional al instituto presidido por la Mgtr. Arq. Viviana Rovira, no es un mérito aislado, sino la validación de un modelo de gestión científica estatal que pone a la biodiversidad misionera en el mapa de la investigación global.
La convergencia de estas publicaciones subraya dos ejes fundamentales: la capacidad de respuesta del Biobanco ante emergencias sanitarias y su rol insustituible en la conservación genética de la Selva Paranaense.
La prueba de fuego de la pandemia
El primer artículo, titulado “Impacto de la pandemia de COVID-19 en un biobanco de biodiversidad: respuesta y adaptación” (liderado por la Dra. Lucía Acuña), no solo narra una historia de adaptación, sino que expone una lección de política sanitaria proactiva.
El mismo destaca el rol que desempeñó el IMiBio al adaptar uno de sus laboratorios para brindar apoyo durante la emergencia sanitaria, realizando pruebas de diagnóstico de SARS-CoV-2 en la Triple Frontera, demostrando una versatilidad poco común en este tipo de instituciones.
Este rápido accionar… generó un repositorio de referencia de extractos virales de relevancia mundial, lo que impulsó un giro adaptativo también en el Biobanco, ampliando su diversidad de muestras para el fortalecimiento de la vigilancia epidemiológica. Este crecimiento planteó importantes retos en materia de estandarización, gestión y administración de recursos.
La investigación buscó transmitir la experiencia del Instituto… y ofrecer referencia a otras instituciones interesadas en el establecimiento de repositorios de recursos biológicos biodiversos.

Sinergia genética para el Bosque Atlántico
El segundo trabajo publicado recogió la labor realizada por el Biobanco del IMiBio junto al Centro de Rescate, Rehabilitación y Recría Güirá Oga, en la toma y preservación de muestras biológicas para la conservación de mamíferos de la Selva Paranaense.
La investigación, llevada a cabo por la Lic. Evelin Saguchi y colaboradores, junto a Dante Di Nucci y Santiago Von der Thüsen, da a conocer la sinergia entre ambas instituciones ubicadas en Puerto Iguazú.
Como resultado, entre 2020 y 2024 se lograron recolectar y criopreservar 985 muestras biológicas de 335 individuos de 38 especies nativas (casi el 40% amenazadas), incluyendo sangre, tejidos, ectoparásitos y material genético.
Esta cooperación permite optimizar recursos, combinar rescate de fauna con conservación genética y facilitar la vigilancia epidemiológica bajo el enfoque “Una Salud”, contribuyendo al fortalecimiento de un banco de recursos genéticos invaluable para futuros proyectos.

El biobanco estatal como herramienta global
El tercer trabajo publicado destaca el rol de los biobancos y los zoológicos en la conservación de especies a nivel mundial, así como la importancia de contar con un biobanco estatal en Misiones para preservar flora, fauna y funga.
El artículo, producido por el Dr. Andrés Ruuth junto a colaboradores, remarca el papel de la biotecnología como disciplina indispensable para restaurar el tejido vivo de la Tierra.
Contar con un biobanco con infraestructura de última generación, personal capacitado y procedimientos operativos estandarizados resulta clave para las acciones de conservación futuras en la provincia.
“La publicación… es un reconocimiento al equipo de científicas y científicos de nuestro instituto…”, subrayó el Dr. Emanuel Grassi, director ejecutivo del IMiBio.

Los trabajos publicados en la revista son los siguientes:
- “Impacto de la pandemia de COVID-19 en un biobanco de biodiversidad: respuesta y adaptación” (Autores: Lucía R. Acuña, Evelin Y. Saguchi, Katherina A. Vizcaychipi, Tania G. Alarcón, I. Elías Delgado, Emanuel M. Grassi, y Erik Ruuth)
- “Biobanco y Centro de Rescate de Fauna Silvestre: Sinergia para la Conservación de Mamíferos en el Bosque Atlántico Argentino (Selva Paranense)” (Autores: Evelin Y. Saguchi, Dante L. Di Nucci, I. Elías Delgado, Santiago Von der Thüsen, Eric Ruuth, María F. Restelli, Tania G. Alarcón y Emanuel M. Grassi)
- “Preservar la vida en la Tierra: El papel de los biobancos, la biotecnología y los parques zoológicos en la conservación global” (Autores: Erik Ruuth, Debbie Rolmanis, Lucía R. Acuña, Tullis Matson, Emanuel M. Grassi, Hanne Stabursvik).

Guardián de la selva
El Instituto Misionero de Biodiversidad (IMiBio) no es una dependencia estatal más. Creado por la Ley XVI N° 122, se concibe como una entidad autárquica, de derecho público y descentralizada cuya presidente es la Magíster Arq. Viviana Rovira. Este estatus legal es fundamental: le permite actuar con la agilidad y el enfoque de un centro científico, pero con la potestad y la responsabilidad de una autoridad de aplicación provincial. Su doble sede, con gestión en Posadas y un núcleo operativo en la Selva Iriapú de Puerto Iguazú, subraya su carácter binario: el puente entre el escritorio político y la selva profunda.
Si se quiere entender por qué el Gobierno de Misiones ha logrado mantener gran parte de su territorio cubierto por bosques nativos y por qué se posiciona como un hub de conservación a nivel regional, hay que mirar al Instituto. Es el núcleo científico-tecnológico puesto a trabajar con una misión clara: investigar, conservar y promover el uso sustentable del capital natural.

Un mandato de máxima
Misiones es una provincia con una responsabilidad ambiental inmensa. Pese a ser la segunda provincia más pequeña de Argentina, concentra la mayor diversidad de especies del país, un hecho que le valió el título de Capital Nacional de la Biodiversidad. Sin embargo, esta biodiversidad está contenida en el hotspot (punto caliente) global de la Selva Paranaense, uno de los ecosistemas más amenazados del planeta.
Ante este panorama, la creación del IMiBio fue una respuesta institucional a un imperativo ecológico. El Instituto tiene la competencia para:
- Investigar y explorar: realizar un inventario exhaustivo y sistemático de todos los componentes de la biodiversidad (flora, fauna y funga-hongos) y analizar las posibilidades de su uso sustentable para el desarrollo socioeconómico provincial.
- Regular y legislar: está facultado para crear y fortalecer los marcos legales de acceso a los recursos genéticos y el conocimiento tradicional asociado.
- Capacitar y comunicar: actúa como un agente de transferencia de conocimientos, llevando la ciencia desde los laboratorios (incluyendo su Biobanco, Herbario y Micoteca) hacia las comunidades, productores y tomadores de decisiones. En esencia, el IMiBio convierte la riqueza biológica en información científica tangible y en políticas públicas.
El trabajo en la trinchera
El trabajo del Instituto se manifiesta en proyectos de alto impacto que van desde la investigación básica hasta la aplicación biotecnológica. Uno de sus roles más visibles está en la fauna emblemática. La entidad participa activamente en el monitoreo de especies clave, como el yaguareté, especie cuya población es un termómetro de la salud de la selva.
Se abordan proyectos que impactan directamente en la salud y la economía:
- Bioquímica para la salud animal: investigaciones que analizan carnívoros silvestres como coatíes para detectar patógenos que podrían ser riesgosos para humanos y fauna doméstica, operando en la delicada frontera entre la vida silvestre y la salud pública (One Health).
- Bioinsumos y bioproductos: el Instituto trabaja en la búsqueda sistemática de microorganismos nativos y productos naturales valiosos para su uso potencial en la biotecnología, creando una base para el desarrollo de bioinsumos (fertilizantes, pesticidas) o biofármacos.
- Restauración ecológica: es un actor central en la restauración de la Selva Paranaense, un esfuerzo masivo que incluye la plantación de árboles nativos y la formación de productores sobre el uso de frutales autóctonos, vinculando la ciencia con la matriz productiva local.
La institución no se limita a la vida silvestre; maneja colecciones científicas vitales, como el Herbario y la Micoteca, que preservan y estudian especímenes de la flora y la funga (hongos) misionera, sirviendo como bibliotecas de la vida que permiten identificar nuevas especies y entender su potencial.
Regulando el acceso a recursos genéticos
La función más estratégica y delicada del IMiBio es ser el ente encargado de otorgar los Permisos de Acceso a los Recursos Genéticos en Misiones.
En el mundo, hay una carrera silenciosa llamada Bioprospección, donde farmacéuticas y empresas de biotecnología buscan principios activos o genes únicos en la biodiversidad para crear nuevos medicamentos, cosméticos o semillas. El IMiBio, siguiendo lineamientos internacionales (como el Protocolo de Nagoya), garantiza que este acceso no sea un saqueo, sino una asociación.
Para obtener un permiso de colecta o investigación, un científico o una empresa (nacional o extranjera) debe presentar una batería de documentos: proyecto de investigación completo, avales científicos, seguros, y lo más importante: la Constancia del Consentimiento Informado Previo (CIP) si el proyecto involucra a comunidades indígenas.
Esto significa que el Instituto no solo protege especies, sino que también defiende la soberanía sobre el conocimiento y los recursos de la provincia. Su marco legal busca que, si hay un beneficio futuro derivado de un recurso genético misionero, la provincia y, potencialmente, las comunidades originarias reciban una participación justa y equitativa en la distribución de esos beneficios. Es una posición de avanzada en la legislación ambiental argentina.
En resumen, el IMiBio no solo investiga. Lidera la política de conservación, regula el uso de su capital biológico y utiliza la ciencia para impulsar el desarrollo productivo sustentable de Misiones, manteniendo el equilibrio entre la economía y la ecología. Es un modelo que otras provincias, y el país, deberían mirar con muchísima atención.
Visión 2030
El IMiBio inscribe su trabajo en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas, críticos para el ambiente:
- ODS 13 (Acción por el Clima): su trabajo en restauración ecológica y conservación de la selva es fundamental para la captura de carbono.
- ODS 14 (Vida Submarina): aunque menos directo, la calidad de los ecosistemas terrestres afecta a los cursos de agua.
- ODS 15 (Vida de Ecosistemas Terrestres): este es su corazón, garantizando la protección de los ecosistemas de la Selva Paranaense.
Al vincularse a la Agenda 2030, el Instituto no solo cumple una función provincial, sino que contribuye a los compromisos ambientales y de sustentabilidad que Argentina asumió ante el mundo.
El poder de las alianzas
Un instituto no puede operar en aislamiento, y el IMiBio es un excelente ejemplo de colaboración. Sus alianzas le dan credibilidad y alcance:
- Vínculo federal y académico: trabaja de forma estrecha con instituciones clave como el CONICET (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas) y la UNaM (Universidad Nacional de Misiones). Esto garantiza que sus investigaciones estén enmarcadas en la agenda científica nacional y que sus hallazgos se publiquen en círculos académicos reconocidos.
- Conexión productiva: la Ley de Creación del IMiBio lo obliga a vincularse con las esferas productivas. Esto se ve en capacitaciones a productores sobre frutales nativos, talleres de hongos o proyectos de bioinsumos. El Instituto no solo conserva, sino que busca valorizar económicamente la biodiversidad, facilitando que el sector privado pueda utilizar los recursos naturales de forma sustentable.
- Alcance regional: Misiones comparte la Selva Paranaense con Brasil y Paraguay. El IMiBio participa activamente en reuniones y grupos de trabajo regionales (como el Grupo de Trabajo de Itaipú Salud o encuentros con organismos brasileños), siendo un actor clave en el manejo transfronterizo de los recursos genéticos y sanitarios.





