La escena se repite en miles de casas del país: gritos, golpes, castigos, silencios que pesan. Según un informe reciente del Observatorio del Desarrollo Humano y la Vulnerabilidad, elaborado por las investigadoras María Sol González, Victoria Bein y Lorena Bolzon, casi 6 de cada 10 niñas, niños y adolescentes padecen situaciones de violencia diaria o semanal, y 9 de cada 10 son maltratados por alguien de su propia familia. La infancia argentina crece hoy en un entorno donde la violencia no es un episodio aislado, sino una realidad constante. Los datos, basados en reportes de la Oficina de Violencia Doméstica (OVD) y estadísticas oficiales, reflejan un deterioro sostenido de las condiciones de cuidado infantil.
El estudio advierte que en los últimos años, el grupo más afectado por el maltrato es el de 6 a 10 años, con predominio de casos en niñas en casi todas las franjas etarias, salvo en el segmento de 0 a 10 años. Además, el 28% de los adolescentes de 15 a 17 años atendidos por la OVD presentaron lesiones físicas, un indicador que confirma la gravedad del fenómeno. Para los investigadores, la violencia doméstica contra niños y adolescentes no solo es persistente sino que muestra un vínculo directo con el incremento de conductas suicidas en la juventud, una tendencia respaldada por estudios internacionales citados en el informe.
Pero la violencia no es el único factor que profundiza la vulnerabilidad. El documento revela que el 13,4% de los niños vive en hacinamiento y que uno de cada cuatro reside en viviendas con materiales precarios, condiciones que afectan especialmente a la primera infancia. Las autoras sostienen que la falta de un hábitat adecuado vulnera derechos esenciales reconocidos por la Convención sobre los Derechos del Niño.
En educación, si bien la asistencia escolar es elevada –98,8% entre 5 y 12 años– persisten dos desafíos centrales: la baja escolarización de los niños de 3 años, que sólo alcanzan un 53,5% de asistencia, y el riesgo de desvinculación en la adolescencia, donde la asistencia desciende a 95,9%. Además, el informe pone el foco en la brecha de aprendizajes, con rendimientos más bajos en las escuelas del sector estatal y en los estudiantes de menores recursos.
En materia de salud, el 43% de los niños y adolescentes depende exclusivamente del sistema público, lo que refleja la importancia de fortalecer la red de atención materno-infantil, especialmente en contextos de pobreza.
El informe concluye que Argentina enfrenta “desigualdades estructurales persistentes” que impactan en el pleno ejercicio de los derechos de la niñez y advierte sobre la necesidad urgente de políticas que garanticen ambientes seguros, acceso equitativo a la educación, atención sanitaria oportuna y condiciones de vida dignas. La ausencia de una legislación específica sobre maltrato infantil en el país aparece como una “deuda pendiente” para avanzar en la protección efectiva de niños, niñas y adolescentes.
El informe completo aquí👇
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