Octubre es un mes decisivo para quienes trabajan la tierra. La primavera se afirma, las temperaturas suben, los días se alargan y las lluvias se hacen más frecuentes. Todo este conjunto de factores convierte a este mes en un punto de partida ideal para sembrar una gran variedad de hortalizas, legumbres y frutas. Tanto las chacras diversificadas de Misiones como las huertas urbanas y familiares en otras provincias del país encuentran en este período un escenario propicio para planificar el calendario agrícola de los próximos meses.
Un mes a favor
Las razones que explican la importancia de octubre son varias. En primer lugar, las temperaturas agradables: el frío invernal queda atrás y los suelos alcanzan una temperatura óptima que favorece la germinación. En segundo lugar, la mayor cantidad de horas de luz solar fortalece el proceso de fotosíntesis y acelera el crecimiento de los cultivos. Finalmente, la mayor frecuencia de lluvias aporta la humedad necesaria para el desarrollo radicular y disminuye la dependencia del riego artificial, aunque no lo elimina.
En Misiones, donde la producción hortícola forma parte del esquema de diversificación que impulsa el Gobierno provincial y distintas cooperativas, este mes abre la puerta a ampliar la oferta de verduras frescas en los mercados locales, con impacto directo en el consumo familiar y en la economía regional.
Qué sembrar
La lista de opciones es extensa, pero los especialistas destacan algunas especies clave:
● Verduras de hoja: lechuga, acelga, espinaca, rúcula, perejil y cilantro. Estas plantas aprovechan las temperaturas templadas y permiten obtener cosechas relativamente rápidas.
● Raíces: zanahoria, remolacha, nabo y rabanito, que se adaptan bien a los suelos húmedos de la primavera.
● Frutos: tomate, pimiento, berenjena, pepino, zapallo, calabaza, melón y sandía. En la región NEA, estos cultivos encuentran condiciones muy favorables para desarrollarse.
● Legumbres: porotos y arvejas, esenciales para incorporar proteína vegetal a la dieta y que contribuyen además a fijar nitrógeno en el suelo.
● Otros cultivos tradicionales: maíz, cebolla y ajo, que complementan el esquema productivo y aseguran diversidad de cosechas.
La coincidencia de estos cultivos con el ciclo natural de primavera y verano permite planificar cosechas escalonadas que abastezcan tanto el autoconsumo como la venta en ferias francas, mercados concentradores y programas de abastecimiento local.

Claves para buena siembra
Los técnicos recomiendan una serie de cuidados básicos que hacen la diferencia:
Preparar el suelo: remover, airear y abonar el terreno es fundamental para garantizar nutrientes y facilitar la absorción de agua.
Riego controlado: aunque octubre suele traer lluvias, es importante mantener un esquema regular, sobre todo en los días más calurosos.
Asociación de cultivos: combinar especies que se complementan, como el tomate y la albahaca, ayuda a repeler plagas y mejora el sabor de los frutos.
Rotación de cultivos: no repetir la misma hortaliza en el mismo lugar año tras año evita el agotamiento del suelo y reduce riesgos sanitarios.
Perspectiva para productores
En la provincia, la horticultura se presenta como una alternativa clave en el proceso de diversificación productiva. Los programas de apoyo técnico y financiero -como el “Ahora Feria” y el fortalecimiento de los Mercados Concentradores Zonales- han impulsado en los últimos años la comercialización de verduras frescas en el circuito local.
El mes de octubre se convierte, entonces, en una oportunidad para que los pequeños y medianos productores refuercen su presencia en los mercados, amplíen su cartera de productos y aprovechen la demanda creciente de alimentos frescos, saludables y de cercanía.
Además, en un contexto económico complejo, la huerta familiar vuelve a ser un recurso fundamental para muchas familias misioneras. No solo contribuye al ahorro en el gasto de alimentos, sino que también garantiza el acceso a verduras frescas y variadas, indispensables para la nutrición.





