Las papas al horno son ese clásico de la cocina que nunca falla: doradas, crocantes y tiernas por dentro, funcionan como la guarnición ideal para cualquier plato, desde carnes y pescados hasta preparaciones vegetarianas. Pero hay un problema que todos enfrentan alguna vez: al intentar servirlas, se pegan a la bandeja y se rompen.
La buena noticia es que existe una forma definitiva de cocinarlas sin sufrir este inconveniente. Con algunos trucos simples podés asegurarte de que salgan del horno crocantes, sabrosas y enteras, listas para disfrutar.

¿Por qué se pegan las papas al horno?
El almidón natural de la papa es el principal responsable de que se adhieran a la superficie caliente. A eso se suma la humedad: si las ponés mojadas en la bandeja, el vapor favorece que se peguen. Por eso, el secreto está en preparar bien el ingrediente antes de hornear.
Paso a paso para papas al horno que no se pegan
✅ Lavar y secar bien
Luego de cortarlas, enjuagá las papas para retirar parte del almidón. Después, secalas con papel de cocina: tienen que entrar al horno bien secas.
✅ Aceitar con moderación
No hace falta empaparlas en aceite. Una fina capa es suficiente para generar una barrera entre la papa y la bandeja.
✅ Precalentar la bandeja
Poné la fuente con un poco de aceite dentro del horno mientras se calienta. Cuando agregues las papas, la superficie ya estará caliente y se sellarán de inmediato, evitando que se peguen.
✅ Hornear a temperatura adecuada
El tiempo ideal es de 35 a 40 minutos a 200 °C. A mitad de cocción, dales vuelta con una espátula para que se doren de forma pareja.
Trucos extra para papas más crocantes
Si querés darle un toque irresistible, podés recurrir a este secreto: antes de meterlas al horno, espolvorealas con fécula de maíz o pan rallado. Esto genera una textura crujiente y un dorado uniforme.
Además, sumá condimentos como romero, pimentón, ajo en polvo o tomillo para transformar una simple guarnición en un plato con personalidad.







