La crisis en Forestadora Tapebicuá se profundiza sin un horizonte de solución a la vista. A más de un mes de que se decretara la suspensión de actividades sin goce de sueldo, los trabajadores mantienen el acampe frente a la planta e intensificaron sus medidas de fuerza con cortes de ruta intermitentes en la zona. La deuda de la empresa, que arrastra problemas financieros desde hace meses, pone en jaque la estabilidad de cientos de familias que exigen el pago de salarios y aguinaldos adeudados.
El reclamo tomó fuerza tras la suspensión masiva del pasado 11 de agosto. En diálogo con la FM 89.3 Santa María de las Misiones, César Alberto Gómez, referente de los trabajadores, confirmó que el personal continúa en un estado de “nada” debido a la falta de respuestas. “El aguinaldo no apareció todavía y no pagaron los 30 días suspendidos”, señaló, describiendo una situación insostenible para quienes, como él, dedicaron gran parte de su vida a la compañía. Hay obreros con hasta 35 años de antigüedad que se encuentran en la misma situación.
Diálogo roto y la ausencia de mediación estatal
Los intentos por alcanzar un acuerdo fueron infructuosos. El delegado detalló que la empresa propuso el pago de solo el 30% del aguinaldo, una oferta que los trabajadores consideraron insuficiente. Posteriormente, la gerencia rompió el diálogo al no presentarse a nuevas reuniones y optó por enviar un comunicado que prorrogó el plazo del conflicto hasta el viernes 19 próximo. “Esas no son las cosas claras que queremos los trabajadores”, lamentó Gómez.
Un aspecto que genera gran frustración es la inacción de las autoridades provinciales. El delegado fue tajante al afirmar que “nadie se acercó” a mediar en la situación, una falta de interés que, según él, es habitual en el ámbito político. “Cuando están en temporada de votar, todo te aparece. Después que termina, nadie da la cara”, manifestó con resignación.

Protesta pacífica y solidaridad como sostén
Pese al desgaste, la protesta se mantiene firme y pacífica. Desde la semana pasada, los trabajadores realizan cortes de ruta de una a dos horas, evitando causar mayores inconvenientes. Este tipo de acción busca ejercer presión sin perder el apoyo de la comunidad, que ha sido un pilar fundamental. “Gracias a la solidaridad del pueblo de Virasoro, a los comerciantes y a los sindicatos, vivimos el día a día”, destacó Gómez, subrayando el rol clave del apoyo comunitario para sobrellevar la falta de ingresos.
Con la prórroga venciendo el próximo viernes, la incertidumbre sobre el futuro laboral y económico de las familias de la forestadora es total. Los trabajadores, que se plantaron en la puerta de la empresa mantienen la fe en que el conflicto se resuelva de manera justa y que finalmente se les pague lo adeudado. La lucha por la dignidad, más allá del salario, es hoy su principal bandera.




