En el corazón de Misiones, cerca de Aristóbulo del Valle, se esconde un rincón que sorprende tanto por su belleza como por su tranquilidad. Se trata del Salto Piedras Blancas, una cascada de ocho metros de altura que se descuelga en medio de la selva sobre un paredón de rocas claras, lo que le da un aspecto único y un aire de otro mundo.
Apenas a 155 kilómetros de la capital provincial, este destino combina la fuerza del agua con un entorno preparado para recibir a los visitantes. Su atractivo principal es la caída que forma el arroyo Alegre, pero lo que lo convierte en un sitio especial es el contraste entre las piedras blancuzcas, la vegetación subtropical y el murmullo constante que se impone sobre el silencio de la zona.

Una experiencia completa en la naturaleza
El lugar forma parte de un agrocamping que busca resguardar el entorno y, al mismo tiempo, ofrecer comodidad a quienes llegan. Allí es posible acampar, pasar el día bajo la sombra de los árboles o instalarse en alguna de las cabañas que cuentan con equipamiento completo para familias y grupos.
El predio dispone de parrillas, canchas deportivas, juegos para chicos y senderos que conducen tanto a miradores como a la base del salto. La escalera de acceso permite llegar sin dificultad hasta el pie de la cascada, donde el agua fresca se acumula en una olla natural que invita a refrescarse en verano.
Además, funciona una proveeduría con productos regionales que van desde embutidos y dulces hasta helados artesanales. En uno de los sectores también se ofrece la modalidad de “pague y pesque”, ideal para quienes buscan una actividad tranquila junto al arroyo.
Un rincón que conserva su esencia
Aunque es un atractivo abierto al turismo, el Salto Piedras Blancas mantiene la esencia de un espacio poco masificado. La experiencia de caminar por sus senderos, escuchar el canto de las aves y sentir la bruma del agua crea la sensación de haber ingresado a un lugar apartado del mundo.
Quienes lo visitan encuentran allí una oportunidad de descanso y desconexión, sin tener que alejarse demasiado de la ciudad. La cercanía con Posadas, Oberá o incluso con el Parque Provincial Salto Encantado lo convierte en una escala perfecta dentro de los recorridos por el centro de Misiones.






