Cada 30 de agosto, el calendario popular anuncia la llegada de la tormenta de Santa Rosa, una creencia que se remonta a 1615 en Lima, cuando una inesperada lluvia dispersó a piratas que amenazaban con invadir el Virreinato del Perú. Desde entonces, las tormentas que ocurren en torno a esa fecha son asociadas al milagro de Santa Rosa de Lima y generan expectativa en distintos puntos de América Latina.
En diálogo con FM 89.3 Santa María de las Misiones, el director de la OPAD, Favio Cabello, explicó que este año el fenómeno será intenso en el centro del país, pero en Misiones tendrá un impacto mucho más moderado.
“El sábado vamos a tener un día estable, cálido, con temperaturas máximas de 30 a 31 grados. El domingo sí se espera el ingreso de un débil frente de inestabilidad, con chaparrones y alguna tormenta aislada, pero nada fuerte”, aclaró.
“No va a ser brava para Misiones”
Cabello precisó que las zonas más afectadas por lluvias y tormentas de variada intensidad serán Cuyo, Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos y la provincia de Buenos Aires, donde incluso se calculan acumulados de entre 100 y 150 milímetros y caída de granizo.
En cambio, en Misiones, los modelos de pronóstico no muestran temporales fuertes: “Podemos adjudicar la inestabilidad del domingo como el temporal de Santa Rosa para nosotros, aunque sea débil. No necesariamente tiene que ser un fenómeno severo”, explicó.
Consultado sobre el clima en la provincia, el meteorólogo aseguró que “por estos días nos podemos olvidar de los abrigos, aunque las mañanas seguirán frescas”.
Adelantó que para los primeros días de septiembre se prevé un ligero descenso de temperaturas, pero sin frío intenso: “No vemos mínimas de 0 grados ni heladas, eso ya probablemente no lo tengamos”.
El fenómeno de La Niña preocupa hacia el verano
Cabello también se refirió a las perspectivas climáticas para los próximos meses y advirtió sobre un escenario que genera inquietud en el sector productivo.
“Lo que se viene observando desde hace dos meses es la posibilidad de una nueva Niña. Hay un 60% de probabilidades de que comience en primavera y finalice antes del otoño de 2026”, indicó.
Finalmente, el meteorólogo recordó que este fenómeno suele traer déficit de precipitaciones, más días despejados y mayor radiación solar, lo que se traduce en más calor y sequías.




