El desgarrador relato de Florencia Rondón, una madre que se refugió en Misiones huyendo de una situación de violencia de género en Rosario, pone de manifiesto una crisis en el sistema judicial argentino. Para la abogada Florencia González, especialista en familia y violencia, el caso, que ha sido mediatizado por la propia víctima como una herramienta de protección, es un claro ejemplo de violencia vicaria, una de las modalidades más perversas de maltrato.
En diálogo con la FM 89.3 Santa María de las Misiones, la abogada analizó la situación desde una perspectiva legal y social. “Si bien yo siempre hago la aclaración de que hablo desde lo que se sabe en los medios -porque uno no puede dar detalles si no está en la causa- este caso lamentablemente deja de nuevo expuesta la falta de perspectiva de género dentro de la Justicia en general. Obviamente, hecha la ley, hecha la trampa. En estas cuestiones hay tecnicismos procesales en los cuales se focaliza la Justicia en vez de tener en cuenta la realidad. Acá hay una situación de violencia de género donde podemos poner en peligro no solamente la vida de esta mujer, sino también la vida de una criatura (…)el caso de Florencia y su niña es un típico caso de violencia vicaria”, afirmó.
¿Qué es la violencia vicaria?
Según explicó González, la violencia vicaria es una modalidad de violencia de género indirecta, donde el agresor instrumentaliza a los hijos en común para seguir ejerciendo daño sobre la mujer. En estos casos, existen dos víctimas: los niños, que son las víctimas directas de la manipulación y el maltrato, y la madre, que se convierte en la víctima indirecta al ver sufrir a sus hijos.
Si bien esta forma de violencia no está explícitamente contemplada en la Ley de Protección Integral contra las mujeres, la abogada aseguró que existen numerosos antecedentes jurisprudenciales en Argentina y otros países de Latinoamérica, donde los jueces ya están aplicando este concepto para fallar en favor de las mujeres y las infancias.
Sin embargo, en el caso de Florencia Rondón, la justicia de Rosario parece ignorar esta realidad.
“La jueza está focalizando en cuestiones técnicas y procesales, como el concepto de ‘centro de vida’ de la menor, en vez de tener en cuenta la realidad de una situación de violencia de género”, señaló González. La profesional criticó la orden de restitución de la niña de un año a la provincia de Santa Fe, una decisión que considera una revictimización para la madre.
“No se está teniendo en cuenta el peligro extremo que corre la criatura, porque un hombre violento con su pareja nunca puede ser un buen padre”, enfatizó.
El caso de Florencia, una mujer profesional con herramientas para salir adelante, también sirve como un recordatorio de que la violencia de género no distingue clase social, educación o estrato.
“Ninguna mujer está exenta de estas situaciones. Y esto también explica por qué muchas mujeres no denuncian, porque una vez que se inicia la batalla judicial, muchas veces terminan litigando no contra el agresor, sino contra el propio sistema de justicia”, puntualizó la abogada.
Finalmente, González subrayó la importancia de la valentía de Florencia Rondón al hacer público su caso. “Viralizar esta situación es una herramienta que muchas veces es la única que encuentran las víctimas para sentirse protegidas, porque sienten que la justicia no las escucha”, explicó.
Finalmente, la abogada hizo un llamado a la reflexión a la sociedad y al sistema judicial, recordando que los casos de violencia y femicidio están en aumento, y la Justicia no está aún a la altura de las circunstancias para garantizar la protección necesaria a las mujeres y las infancias.




