La falta de empleo y la delicada situación económica que atraviesa el país son duros golpes para los comerciantes. Pero cuando a estos factores se suma la inseguridad, el panorama se vuelve directamente insostenible.
En los recientes casos de robos que publicó PRIMERA EDICIÓN en distintos barrios de Posadas, la mayoría de los emprendedores o damnificados son personas que comenzaron desde cero. Sin embargo, en el barrio San Jorge, cada vez son menos los feriantes que se animan a continuar. Y no es por la caída en las ventas, sino porque ya no pueden reponer la mercadería luego de una ola de robos que se produjo en menos de un mes.
Comprometida con su comunidad y reconocida por su participación activa en problemáticas sociales, la feriante Malvina Lara (48), quien comercializa productos de carpintería en ese espacio ubicado en la intersección de las calles 150 y 51, decidió tomar la palabra para visibilizar la situación.
“Nosotros fuimos los últimos a quienes robaron, fue de lunes para martes, de madrugada, que es cuando suelen ocurrir los hechos. Nos llevaron numerosos muebles por un valor de 200 mil pesos, algunos de gran tamaño. Por eso creemos que contaron con algún vehículo de apoyo, aunque no descartamos que hayan sido varios individuos”, relató.
Explicó además que este tipo de robos los perjudica doblemente, ya que por tratarse de muebles, trasladarlos constantemente desde sus casas o talleres los daña. “Por eso los dejamos aquí, a resguardo, en los contenedores que nos cedió la Asociación Jardín de los Niños, cuya guardería es lindante a este espacio”.
Sin embargo, los delincuentes forzaron los candados y rompieron la reja que protege a los puestos. “La Policía nos dice que instalemos cámaras, pero apenas si tenemos para reponer la mercadería. Cada peso cuesta conseguir, y ahora encima venimos de una pérdida importante. ¿Cómo vamos a instalar un sistema de cámaras en estas condiciones?”, se preguntó.
Según detalló Lara, actualmente solo quedan cinco feriantes en el lugar. Los demás fueron víctimas de distintos robos. Una familia que vendía frutas y verduras fue asaltada dos veces, lo mismo ocurrió con puesteros que ofrecían ropa nueva y usada, zapatillas y bijouterie.
“También entraron a robar en la guardería que está al lado. Por suerte se activó la alarma, si no se llevaban más cosas. Para desactivarlas, rompen tableros eléctricos, dañan las instalaciones y las mercaderías. Saben incluso los puntos ciegos de las cámaras de seguridad privadas. Y algunos vecinos, por temor a represalias, no ceden las filmaciones; nos dicen que ese día no grabaron o que las cámaras no funcionaron”, lamentó.

Una familia sin ingresos
Uno de los casos más tristes fue el de una familia que, tras sufrir un segundo robo el miércoles 2 de julio, ya no pudo volver a la feria. No tienen cómo reponer la mercadería ni fondos para reinvertir. En esa ocasión, les sustrajeron frutas y verduras por un valor de 150 mil pesos, lo necesario para sostener toda la semana de trabajo.
Aprovechando la presencia de PRIMERA EDICIÓN, Ricardo Santrovichi, uno de los damnificados, pidió a la comunidad cualquier tipo de trabajo. Tiene 23 años, dos hijas (una de seis años y otra de cinco meses), y experiencia en verdulerías desde los 17. “Estoy dispuesto a trabajar en seguridad también, porque estuve en el Ejército dos años. Pero aprendo lo que sea, con tal de llevar el pan a mi casa”, expresó. Su número de contacto es 3765-382354.
Lo que le pasó a Ricardo ya le ocurrió a otras tres familias que también tuvieron que abandonar la feria por culpa de la inseguridad. Mientras tanto, los pocos feriantes que quedan siguen arriesgando lo poco que les queda.

“Hace dos años y medio reclamamos por cámaras”
Para tener un mayor panorama de la problemática en el barrio San Jorge, ya que no solamente la feria fue blanco de la delincuencia, este Diario dialogó con la presidenta de la comisión vecinal, Rosa Totel.
“Nosotros todos los meses presentamos notas para tener cámaras del 911, de la Policía de Misiones, justamente por la cantidad de casos de robos que hubo en el polideportivo y los hechos de vandalismo. También me enteré de lo sucedido en la feria, que se llevaron muchísimas cosas. Quizás algún día también pueda haber cámaras de la Policía en los principales accesos, pero bueno, lo importante por ahora sería en la zona del espacio de comercialización, que es la feria y el polideportivo. Desde hace dos años y medio que presentamos notas, pero no tenemos respuestas”, lamentó la mujer.
Apuntó que el tema de la iluminación también es un reclamo permanente que hacen los vecinos de la zona, “pero en eso estamos avanzando poco a poco”, admitió.
“Faltarían más luces en el playón del polideportivo, por ejemplo. En el barrio siempre roban, hay operativos y patrullajes pero se deberían intensificar en la madrugada”, expresó también Rosa Totel.









