Hay quienes, al pensar en su jubilación, se imaginan en la playa, tomando una cerveza acariciados por la brisa marina; otros viajarían por el mundo para conocer todo lo que no pudieron en su vida laboral activa y degustar platos exóticos; sin olvidar a quienes preferirían quedarse en casa y disfrutar de una vida pausada, compartiendo con sus nietos o cuidando el jardín.
Sin embargo, esa visión “idílica” suele producirse en la mediana edad, o aproximadamente en el ecuador de la trayectoria profesional. Porque cuanto más se acerca el momento del retiro, más crece el “fantasma” de las dificultades económicas por los menores ingresos que suponen los magros haberes jubilatorios en la gran mayoría de los sistemas previsionales del mundo.
Por eso, cualquiera que sea tu plan de vida tras la jubilación, vas a necesitar una buena suma de dinero para sufragarlo. Sin los ingresos mensuales de un trabajo, vas a depender de tu pensión o ahorros, o de una combinación de ambos.
En un nuevo estudio galardonado como la mejor investigación publicada en la revista Retirement Management Journal en 2025, Javier Estrada (profesor del IESE Business School) ofrece una estrategia estructurada en diez pasos para diseñar un plan de jubilación, por vos mismo o con ayuda de un asesor financiero.
Básicamente, consiste en invertir en la creación de una “cartera objetivo” a largo plazo. Cuanto antes te pongas a ello, de más dinero dispondrás después.
Empezá a ahorrar YA
La planificación de la jubilación puede ser una de las tareas financieras más importantes de la vida, pero muchos la postergan porque no saben por dónde empezar ni cuánto ahorrar.
No existe una “cifra mágica”; la clave es adoptar un enfoque retroactivo: primero hay que definir el estilo de vida deseado al jubilarse y calcular cuánto costará mantenerlo; después, establecer una cartera objetivo; y, por último, elaborar un plan de inversión para los años laborales para cumplir el objetivo financiero.
Además, un plan de jubilación no es un ejercicio puntual: exige revisiones y ajustes periódicos en función del comportamiento del mercado y los cambios personales. Cotejar el plan con datos históricos y simulaciones te ayudará a prepararte para las caídas del mercado y los gastos inesperados.
Es más, no todas las fases de tu jubilación serán iguales: puede que al principio viajes y gastes más, y en los últimos años aumenten tus gastos médicos. Si planificás cada fase, podrás garantizar tu estabilidad financiera durante todo ese tiempo.
Independientemente de cuánto llevas trabajando, esta estrategia de planificación de la jubilación en diez pasos te ayudará a prepararte para el futuro:
1. Calculá el número de años de tu jubilación
¿Durante cuánto tiempo deben durar tus ahorros? Los asesores financieros suelen aplicar un período de jubilación de 30 años por defecto. Es un margen conservador que te evitará quedarte sin ahorros antes de tiempo.
2. Calculá el coste anual del estilo de vida que quieres
¿Cuánto dinero necesitarás cada año de tu jubilación? Contempla tanto los gastos diarios como los de salud, viajes y actividades de ocio. Resume estos costos en márgenes de dinero anuales para establecer con claridad tu objetivo financiero. Para ello, podés ayudarte de una calculadora de jubilación como la de ESTE LINK.
3. Pensá cuánto querés dejar de herencia
La herencia que te propongas legar será la última cantidad que retires de tu cartera de jubilación. Tanto si querés dejarla a tus herederos como donarla a beneficencia, incluíla en tu plan.
4. Elegí una estrategia de inversión para tu jubilación
La estrategia de inversión hace referencia a la distribución de tus fondos en acciones, bonos y otros activos (incluidos los alternativos, como los bienes inmobiliarios o el oro). La mayoría de los asesores recomiendan una cartera más conservadora para mitigar riesgos durante la jubilación sin por ello dejar de generar ganancias. Es crucial calcular la rentabilidad esperada de tu cartera en esta fase para saber cuánto ahorrar. Para hacerte una idea de lo que podés ganar, la misma calculadora de inversión te será útil.
5. Calculá la “cartera objetivo” para tu jubilación
Con la previsión de retiradas (paso 2), herencia (paso 3) y rentabilidad de la inversión (paso 4), ya podés calcular el tamaño que debe tener tu cartera de jubilación cuando dejes de trabajar.
6. Calculá el número de años laborales que te quedan
Según el tiempo que hayas trabajado, dispondrás de más o menos margen para ahorrar de cara a la jubilación. Los asesores financieros suelen planificar contemplando una vida laboral de 40 años a no ser que se les indique una edad de jubilación específica.
7. Elegí una estrategia de inversión para tus años laborales
Normalmente, la estrategia de inversión es más agresiva durante los años laborales que en la jubilación, ya que, al brindar un horizonte temporal más largo, se puede esperar a que el mercado fluctúe. Si invertís más en acciones, puede que con el tiempo aumente más el valor de tu cartera, pero a la hora de tomar esta decisión debes guiarte por tu tolerancia al riesgo y tus objetivos financieros.
8. Calculá las aportaciones anuales necesarias para alcanzar tu objetivo
¿Cuánto debes aportar anualmente a tu cartera de jubilación para cumplir tu objetivo? En teoría, cuanto antes empieces a ahorrar, menos tendrás que aportar. Contar con un plan establecido te ayudará a saber dónde deberías estar en cada momento, monetariamente hablando, y te dará margen para hacer ajustes si te quedas corto. Por ejemplo, podés aportar más un determinado año, optar por una estrategia de inversión más agresiva o incluso jubilarte más tarde de lo previsto.
9. Hacé análisis de sensibilidad
Los mercados fluctúan y la vida es una caja de sorpresas. Los análisis de sensibilidad ayudan a valorar cómo pueden afectar a tu plan los cambios en la rentabilidad de la inversión, la inflación o la esperanza de vida. Cotejar diferentes escenarios te permite ver hasta qué punto tu plan es flexible y hacer los ajustes oportunos.
10. Evaluá la viabilidad del plan
Por último, cotejá tu plan con datos históricos y simulaciones para asegurar que tu estrategia se sostenga en distintas condiciones de mercado. Decidí también qué tasa de fracaso -probabilidad de que tu plan no funcione- estás dispuesto a aceptar. Por ejemplo, ¿implementarías un plan si los datos históricos o las simulaciones muestran que fallará en el 10% de los casos? ¿A partir de qué tasa de fracaso lo considerarías inaceptable?
Fuente: IESE








