La Federación Misionera de Bibliotecas Populares se sumó al rechazo nacional al Decreto 345 del Poder Ejecutivo que reorganiza organismos del Estado y, entre otras medidas, convierte a la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (CONABIP) en una simple secretaría, quitándole autonomía, presupuesto propio y representatividad federal.
“Nos cayó como un baldazo de agua fría”, expresó en FM 89.3 Santa María de las Misiones Elsa “Tita” Tañski, vicepresidente de la Federación Misionera y delegada ante la CONABIP y la Confederación Argentina de Bibliotecas Populares. La dirigente advirtió que el decreto elimina la junta representativa federal -que incluía delegados de cada provincia-, y la reemplaza por un consejo de solo cinco miembros sin capacidad vinculante.
La modificación, además de representar un cambio estructural, diluye la autoridad de aplicación de la ley de bibliotecas, ya que la CONABIP deja de ser autónoma para depender de la Secretaría de Cultura, que a su vez depende del Ministerio de Capital Humano.
Tañski explicó que, más allá de lo institucional, la medida afectará el financiamiento de las más de 1.500 bibliotecas populares del país, ya que al perder su presupuesto propio, los fondos podrían distribuirse con discrecionalidad y sin responder a las necesidades reales de cada biblioteca.
“La junta representativa trabajaba ad honorem. Yo fui vocal por dos años y nunca cobré un peso del Estado nacional. Esta medida no significa ningún ahorro para el Gobierno”, remarcó. A su vez, subrayó que la degradación del organismo pondrá en riesgo los proyectos y programas culturales y educativos que las bibliotecas desarrollan a nivel local.
La referente también destacó que las bibliotecas populares argentinas son únicas en el mundo por su modelo de gestión mixto entre la sociedad civil y el Estado, vigente desde 1870. “Después de la Cruz Roja, somos la organización civil más antigua del país. Y eso nos quieren sacar”, lamentó.
Finalmente, llamó a toda la sociedad a acercarse y apoyar a sus bibliotecas locales. “Las bibliotecas no son solo para prestar libros, sino que guardan la memoria histórica de cada lugar, dan apoyo educativo en todos los niveles y son espacios culturales vivos. Nos quieren hacer creer que ya no tienen sentido, pero eso es mentira. En los países más avanzados están volviendo a estudiar con libros físicos porque la tecnología fragmenta el conocimiento”, concluyó.




