Las lluvias de los últimos días obligaron a extender la actual edición 41 del Levantamiento Rápido de Índices de Infestación de Aedes aegypti (LIRAa) en la capital provincial que finalizará hoy si el tiempo acompaña. En diálogo con PRIMERA EDICIÓN, el director de Vigilancia y Control de Vectores del municipio, el biólogo Fabricio Tejerina, anticipó que ya visitaron 5.500 de las 6.000 viviendas previstas en el marco del trabajo de campo del operativo y “nos estamos encontrando con un panorama muy distinto a los monitoreos que hicimos durante la sequía, donde encontramos muchos potenciales criaderos pero vacíos y ahora, después de estas lluvias que están hace un mes y medio, todos esos lugares que acumulan agua están con larvas y mosquitos. No tenemos los números todavía pero podemos anticipar que es bastante alta la cantidad de criaderos de mosquitos que estamos encontrando”, remarcó.
Indicó que son los mismos criaderos que se generan en los recipientes que repetimos hace mucho, “baldes, floreros, plantas en agua, platitos porta macetas, pelopinchos, neumáticos… estos son los criaderos principales de mosquitos y encontramos muchos, no tenemos aún los números pero vemos una gran cantidad de criaderos activos”, confirmó.
Este LIRAa de otoño es el que suele mostrar índices más altos a los otros tres que se hacen en el año. “El mosquito tiene una dinámica que a final del verano y comienzo del otoño toca su pico, ponen millones de huevos para que puedan pasar a la siguiente estación más favorable que es primavera y verano”, indicó.
“No hay una percepción de riesgo en la población”
En este contexto, Tejerina admitió que “me asusta que la gente que incluso contrajo dengue y sabe cómo evitar que haya criaderos de mosquitos en su casa, tenga criaderos en su casa, situación que estamos viendo en los distintos operativos del levantamiento de índice aédico y esto ocurre en personas con y sin educación formal, incluso con personas muy instruidas y títulos universitarios”.
Esta situación es muy preocupante, “no hay una percepción de riesgo en la población, no se está dando una conexión entre el saber y hacer… o apenas dura en medio de un brote epidémico cuando se dispara el pánico. Es complejo analizar el comportamiento social, algo similar ocurre con el consumo de alcohol de los conductores… es que no se percibe el riesgo y recién cuando se topan con un control y les ponen multas tienen más cuidado, quizás porque el bolsillo es lo más sensible que tenemos hoy en día”.
En este sentido, Tejerina admitió limitaciones en los resultados alcanzados con la actual estrategia de abordaje donde se busca el compromiso de cada vecino en mantener libre de criaderos su domicilio y peridomicilio.
Enfermedad social
Se estima que en una semana se conocerían los índices aédicos de los distintos barrios de Posadas, a partir de los datos recabados en este relevamiento.
“Esta información nos permite ver los estratos o zonas con los índices más altos para comenzar nuestro ciclo de trabajo en esos lugares, enfocado en la prevención del dengue y las otras enfermedades trasmitidas por el Aedes aegypti. Lamentablemente son enfermedades sociales, porque no depende solo que cada persona se cuide, pues si un vecino tiene criaderos de mosquitos está en riesgo toda la manzana”, remarcó.
Por esta razón, indicó que el abordaje de la prevención de este tipo de enfermedades sociales es complejo “y este no es un problema de Posadas, sino de todo el mundo. Hay países, como en el sudeste asiático, donde va el inspector de sanidad con la policía y un cerrajero… el ciudadano no tiene la opción de negar el ingreso de la autoridad a su casa cuando hay un tema de salud pública involucrado”.
Aedes y cambio climático
Tejerina indicó que “con el calentamiento global se calcula que el mosquito se expandió unos mil kilómetros hacia el sur y hacia el norte, dependiendo del hemisferio. En el caso de nuestro país, el mapa de distribución del Aedes aegypti hoy está hasta la línea de Bahía Blanca, La Pampa, Río Negro y Mendoza. El calentamiento global hace que los mosquitos, que son de sangre fría y por ello buscan temperaturas ambientes más cálidas para vivir y estar activos, estén avanzando en zonas que antes eran más frías”.
Evolución genética
A la par que el planeta se calienta y se convierte en un lugar más benefactor para los mosquitos, se demostró que el Aedes aegypti evoluciona genéticamente para adaptarse a los climas más fríos. “Desde lo biológico es maravilloso ver su plasticidad genética y ecológica para poder adaptarse a los diferentes ambientes. Precisamente fue una investigación argentina la que demostró que estos mosquitos que se adaptaron en el sur ponen menos huevos, son más grandes, tienen mayor reserva de triglicéridos y tienen una biopausa, es decir que si los días no son tan largos sus huevos no eclosionan”, indicó.











