
El cine romántico es uno de los géneros más voluminosos, persistentes y taquilleros de la filmografía mundial, por eso no es fácil armar una lista acotada de películas para disfrutar de este Día de San Valentín.
Si estás enamorado, acá tenés unas cuantas opciones para todos los gustos para disfrutar en pareja. No están todas las que son, pero sí son todas las que están:
Tierras de penumbra (1993)
“Ahora me mirás como es debido”, le dice la brillante (pero lamentablemente poco prolífica como actriz) Debra Winger a Anthony Hopkins. Y tal vez en esa frase se reduzca el verdadero concepto de amor… Richard Attenborough encontró el tono justo para trenzar esta obra maestra basada en la atormentada vida y la obra diversa del escritor C.S. Lewis (autor de “Las crónicas de Narnia”).
Sensatez y sentimientos (1995)
El gran clásico de la “reina” de la novela romántica del siglo XIX, Jane Austen, tuvo como correlato -afortunadamente- esta joya cinematográfica de Ang Lee donde Emma Thompson y Kate Winslet no sólo enamoran a sus coprotagonistas Hugh Grant, Hugh Laurie y Alan Rickman, sino también a las cámaras y a cualquiera que tenga algo de sensibilidad.
Love story (1970)
El mayor clásico romántico de la historia de los clásicos románticos. Dirigida por Arthur Hiller y protagonizada por Ali MacGraw y Ryan O’Neal, cuenta la típica historia de amor de dos universitarios de Harvard que pertenecen a clases sociales muy distintas. Mismo tema que muchas otras, con resultados muy diferentes (más allá de que el paso del tiempo la fue “avejentando” un poco).
Los puentes de Madison (1995)
Meryl Streep y Clint Eastwood (quien también dirige) protagonizan este amor lejos de los clichés de la juventud entre una ama de casa y un fotógrafo. Sus vidas se cruzaron por casualidad y el amor surgió.
Camila (1984)
La más célebre historia de amor prohibido en Argentina fue llevada a la pantalla por María Luisa Bemberg con Susú Pecoraro e Imanol Arias como protagonistas. Camila O’Gorman y el exsacerdote Uladislao Gutiérrez, quien había abandonado los hábitos para unirse a la muchacha, fueron fusilados por orden de Juan Manuel de Rosas allá por 1848.







