Con 18 años, Paula Rivero armó las valijas y cambió la tierra colorada por el mar. El finde de Semana Santa se mudó a la ciudad costera de Mar del Plata, centro del squash argentino, para poder dedicarse full time al deporte, con el objetivo de llegar de la mejor manera al Mundial Junior que se disputará en julio próximo, en Houston, Texas, Estados Unidos. “Es uno de mis sueños y lo estoy esperando con ansias”, dijo antes de viajar a EL DEPORTIVO.
Después de alcanzar el subcampeonato en la primera fecha del Circuito Nacional de Mayores que se disputó semanas atrás en Salta, la misionera pospuso su participación en el arranque del Nacional de Menores en Córdoba, armó las valijas y se mudó a Mar del Plata, donde intensificará los entrenamientos en squash y se dedicará a perfeccionar su inglés.
Allá se encontrará con quien es su pareja en dobles mixto, Segundo Portabales; además de la cordobesa Inés Filippelli y la chaqueña Valentina Otero, compañeras de Selección que también se mudaron a Mardel, y se preparará con miras a lo que se viene: el Mundial Junior que se disputará en julio próximo, en Houston.
“Mar del Plata es uno de los lugares a los que quiero ir desde hace tiempo, para entrenar, más que nada porque hay más chicos jugando, está Segundo Portabales, mi compañero de dobles, además de Inés Filippelli y Valentina Otero”, explicó Paula.
“Y todo esto se dio porque este año tengo que estudiar inglés, entrenar y mejorar todo lo que pueda por los torneos que se vienen y por la posibilidad de entrar a una universidad estadounidense el próximo año. Pero antes, estoy focalizada en el Mundial Junior. Vamos a viajar con Segundo (Portabales) a representar al país”, remarcó la joven.
En 2019, con apenas 13 años, Paula Rivero charló con EL DEPOR y dejó un título y un anhelo. “Mi sueño es jugar un Mundial”. Hoy, cinco años después, el logro está a la vuelta de la esquina.
“Estoy cumpliendo uno de mis sueños, estoy re emocionada y lo estoy esperando con ansias. Entonces estar en Mar del Plata, poder entrenar con mucha más gente, dedicarme full time… todo está pensado para eso”, remarcó.
A la par, planea estudiar inglés. “Voy a arrancar en un Instituto. Siempre estudié, entonces me voy a preparar para rendir los exámenes y al mismo tiempo mejorar la calidad de mi inglés”, señaló.
Todo porque el objetivo para 2025 es ingresar con una beca deportiva a una universidad estadounidense. “Tengo ofertas, pero tengo que prepararme y en cuanto a los torneos que se vienen, sé que si tengo un buen debut, probablemente muchas más se interesen. Entonces quiero tener lista toda mi información académica”, indicó la misionera.
Pero el squash no es el único objetivo para Paula. “A mí, además del deporte, me gusta estudiar. Yo siempre fui una ‘come libro’ (risas), entonces quiero hacer las cosas que más me gustan, graduarme y poder seguir jugando al squash y representar a mí país”. Porque eso es algo que no se negocia. “Siempre seguiré representando a Argentina”.
La posibilidad de los Juegos
Y así como en 2019 dijo que quería jugar un Mundial, tras la confirmación de que el squash sería deporte olímpico en Los Ángeles 2028, Paula tiene un nuevo objetivo.
“Así como tenía el objetivo de jugar un Mundial, hoy quiero estar en los Juegos Olímpicos de 2028 y creo que tengo chances así que todas las ganas del mundo a seguir entrenando y estudiando con tal de llegar”, indicó la joven que tendrá apenas 22 años para la próxima cita olímpica.
“Cuando se oficializó que el squash sería un deporte olímpico, todos estaban muy contentos y la verdad que es un orgullo para los deportistas que hacemos el esfuerzo de entrenar todos los días. La posibilidad de participar en un Juego Olímpico es una satisfacción enorme”, cerró.
Con los sueños en la valija, Paula cambió Misiones por Mar del Plata y ahora va en busca de más. El Mundial Junior es lo próximo. Talento de exportación.
