Olga Ríos me causa una inmensa emoción y admiración. Es maestra jubilada con garras únicas para quien vive con diagnósticos de Parkinson, fibromialgia, hipertensión, colon irritable, artritis, hipotiroidismo y sus múltiples dolencias.
La conocí hace casi 10 años, llegó con muchos calmantes y medicación para todo, se movía con dolores, a veces muy fuertes y otras no tanto, pero desde el primer día me llamaron la atención la fuerza y el empuje de esta mujer resiliente, con cargas emocionales importantes que sobrellevar. Así nos fuimos conociendo y creamos un gran vínculo que ayudó a ir educando el cuerpo a nuevos hábitos.
Fue surgiendo la mujer que se enorgullece en demostrar que el sexo débil no existe sino los débiles. Pensar, ver, disfrutar y saber que somos seres grandiosos bajo todo punto de vista, somos mujeres que tenemos fe en que Dios y las personas justas aparecen para guiarnos.
Entender que el dolor se acrecienta con la mala alimentación, no hacer nada y perder la esperanza. Comenzar el día significa agradecer, respirar profundo 4 veces y elongar lo que pueda sosteniendo el movimiento no más de tres minutos para acariciar los músculos y los órganos del cuerpo. Realizar actividades recreativas, esfuerzo positivo y equilibrar con motivación para estar bien y no acostumbrarse a estar con dolencias.
El día a día
Levantarse y tomar su vaso de agua con limón o magnesio, así el medio interno se equilibra en positivo.
Cerrar los ojos respirar, elongar, agradecer. Fijar las actividades del día.
Una motivación es mirarme y saber que hoy mis metas son a corto, mediano y largo plazo.
Sabe que si consume agua y frutas no tendrá constipación, por eso toma licuados matutinos con kefir.
Los masajes en la planta de los pies con una botellita con arena activan las terminales nerviosas que estimulan cada órgano.
Olga aprendió que el cuerpo requiere hábitos como la ejercitación de músculos del piso pélvico, el agua con medicación como la glutamina y lactobacilos en temporadas alternas, mejoran las evacuaciones. No se permite pasar un día sin ir de cuerpo.
Eligió hacer un cronograma con actividades constantes sin cansarse, mañana y tarde actividades regladas. Nada dejado al azar y no caer en él “me quedo quieta mirando la tele así no me duele tanto”. Entendió que todos los días debe tener algo para hacer, sin dejar huecos porque la pesadez y el dolor ganan ese espacio.
Corrió a la depresión con acciones prácticas, dejando las harinas y casi lácteos, aumentando la sana alimentación sin dejar los asados de su esposo y las reuniones con sus hijos, ya que su hermosa familia siempre está presente.
Como dice la psiquiatra María Rojas, se rodeó de gente vitamina, una excelente masajista, una profesora de yoga, kinesiólogo, neurólogo, su grupo y yo hicimos una red para acompañarla. Y comenzó a cambiar y mejorar.
Entre las cosas que sugiero es una actividad recreativa, ella disfruta pintando, había dejado pero volvió a empezar. Fueron surgiendo nuevas posibilidades, nuevas técnicas, sus trabajos evolucionaron y hoy me sorprendió con un regalo espectacular. El cuadro significa tanto para mí que quise compartirlo con ustedes, significa no sólo belleza sino también superación y admiración. Vivir con menos aflicción, con más esperanza.
Gracias Olga por darme su ejemplo y su arte, pero sobre todo por tanto aprecio. Gracias por darme el placer de confiar y dejarse guiar.
A disfrutar del estilo de vida saludable y sobre todo de fe y esperanza en que todos podemos estar mejor. ¡Feliz Semana!