Una pericia de la Comisión Provincial de Prevención de la Tortura (CPPT) asegura que las heridas en las piernas que sufrió un interno de la Unidad Penal 1 “Loreto” durante la noche del lunes 1 de noviembre, no fueron provocadas por la deflagración de un cartucho de estruendo antimotines sino que corresponden a un disparo a corta distancia y con municiones de goma, balines o granos de sal gruesa, totalmente prohibidos para reprimir en contexto de encierro.
De acuerdo al informe al que tuvo acceso PRIMERA EDICIÓN se detalla que: “La apreciación de las imágenes permite inferir que las mismas son altamente compatibles y congruentes, con lesiones por perdigonada mita (esferas de goma o de metal o granos de sal gruesa), ya que como de manera pristina se visualiza, algunas de las lesiones son perfectamente circulares, uniformes y tamaño de 3 milímetros, que se corresponderían a las esferas. Otras, son irregulares: estrelladas, alargadas opuntiformes y de variado tamaño, que se corresponderían con granos de sal, no descartándose la presencia del impacto de granos de pólvora (…) Claramente el impacto o disparo, se habría producido de izquierda a derecha (desde la posición del herido), de arriba hacia abajo y a una relativa corta distancia no mayor a los 50-60 centímetros, siendo la dirección o centro del disparo, la pierna derecha, ya que la izquierda recibió la dispersión colateral del flujo central de la perdigonada. Esto resultaría lógico y explicaría que la lesión principal (herida anfractuosa) se halla en la región lateral interna de la pantorrilla derecha, donde con seguridad, habría impactado la carga principal del cartucho, no sólo concentrando la mayor cantidad de perdigones, sino impactando también con el ‘taco’ del cartucho y las partículas y gases propios de la deflagración, en especial, el ahumado y el halo negruzco que circunda la herida, Sin observarse orificio de salida”.
Durante la noche del lunes 1 de noviembre, un detenido de 30 años procesado por delitos contra la integridad sexual debió ser internado por un disparo de efectivos del SPP que le provocó lesiones en las piernas. Ocurrió cuando intervinieron ante los disturbios que generó con una faca, con la que el interno exigía su traslado a Eldorado. Resultó herido por un integrante del Grupo de Intervención Especial Penitenciaria (GIEP).