Desde el pasado viernes 20 de marzo, cuando el Gobierno nacional decretó el aislamiento social, preventivo y obligatorio por el coronavirus, más de veinte escuelas de la provincia fueron blanco de robos y actos de vandalismo.
Si bien se debe destacar que la respuesta policial siempre fue eficiente (la mayoría de los casos fueron esclarecidos, con elementos recuperados y sospechosos detenidos), es un hecho que las instituciones educativas se encuentran vulnerables ante el accionar delictivo.
Debido al COVID-19 hubo apenas una semana de clases presenciales en Misiones y muchas de las escuelas no cuentan con porteros y mucho menos con serenos, lo que las vuelve aún más indefensas en cuanto a seguridad. En ese sentido, fueron muchos los directivos docentes que de su bolsillo aportaron para poder reforzar accesos y contratar vigiladores privados para evitar que los “amigos de lo ajeno” se salgan con la suya.
Hasta hoy transcurrieron 130 días desde que está en vigencia el DNU del Gobierno. En ese tiempo, según pudo establecer PRIMERA EDICIÓN en base a los casos publicados y que fueron difundidos por la Policía de Misiones, al menos 21 establecimientos educativos fueron damnificados por los robos y obviamente por los daños y el vandalismo que ocasionan los ladrones.
La mayoría en Posadas
De los casos que fueron denunciados y salieron a la luz, hubo 11 en la capital provincial, dos casos en Eldorado, dos en Garupá y otros dos en Montecarlo.
Luego se registraron uno en El Soberbio, otro en San Vicente, uno en Gobernador Roca y finalmente otro en Apóstoles.
Para poder ingresar, el o los delincuentes violentan accesos e incluso hacen boquetes, como el registrado el pasado jueves en la Escuela Provincial 675, en el barrio Mini City, que también funciona como NENI 2057.
La Policía, tras una rápida investigación, demoró en el barrio Aeroclub a cinco menores de entre 13 y 16 años, quienes serían presuntamente los autores del delito.
En su poder se incautó cuatro netbooks con sus respectivos cargadores y una batería, un amplificador, un telescopio, un codificador y dos micrófonos. Por ese hecho ya se habían recuperado 22 netbooks, 3 parlantes, 3 microscopios, 3 tubos de ensayo, 1 hidrolavadora, una garrafa de 10 kilogramos, artículos de librería y golosinas.
En la lista figuran netbooks, que suelen ser los objetos más sustraídos en los casos mencionados. Sin embargo hay una lista de elementos realmente insólitos que roban los malvivientes.
Ovejas y hasta un robot
Durante la cuarentena se registraron robos realmente insólitos en las escuelas y que perjudican al personal docente y al alumnado en general.
En Garupá y más precisamente en la escuela agropecuaria ubicada sobre la ruta provincial 206 se robaron tres ovejas que sirven a las prácticas de los alumnos del establecimiento, referidas a la lana aprovechada de los ovinos.
Posteriormente, la directora de la Escuela 7 Justo José de Urquiza (ubicada en la chacra 148 de Posadas), denunció la sustracción de un robot inteligente (entre otros objetos).
Tras un patrullaje virtual fue ubicado el presunto autor del hecho, quien ofrecía en redes sociales un dispositivo similar al sustraído.
También se denunció, en la Escuela Provincial 380 de San Vicente, el robo de libros y de banderas de ceremonia, algo que los delincuentes difícilmente puedan reducir. En esa misma línea, de objetos sustraídos que no pueden ingresar al mercado negro de los malvivientes, figuran numerosos elementos de laboratorio. De esta manera de la escuela provincial 934 de Posadas se llevaron numerosos kits de microscopios que luego fueron recuperados por los efectivos.
Y cuando de daños se tratan, basta mencionar el que padeció un grupo de alumnos de la EPET 39 de El Soberbio, a quienes les sustrajeron en plena construcción de un respirador todas las herramientas (valuadas en 80 mil pesos).
El proyecto de respirador estaba destinado al sistema de Salud Pública de Misiones y a disposición de las demás escuelas técnicas para utilizarlo como modelo de diseño de otras máquinas.
El robo a la escuela especial
Uno de los hechos más indignantes que hubo durante el aislamiento se produjo en la Escuela Especial de Formación Integral para Jóvenes y Adultos 1, ubicadas en pleno microcentro de la capital provincial. Desconocidos se llevaron todas las herramientas electrónicas, informáticas, eléctricas y mecánicas utilizadas para capacitar en oficios a adolescentes entre 14 y 18 años, pero también a mayores con algún grado de discapacidad.
Soldaron puertas y ventanas
Sin dudas, uno de los casos más graves que se registraron durante la cuarentena tuvo lugar en el Bachillerato Orientado Polivalente (BOP) 17, en la chacra 248 de Posadas. Los malvivientes robaron en dicho establecimiento educativo cinco veces desde que se suspendieron las clases por la pandemia.
En el último golpe en dicho predio, ubicado en la esquina de las avenidas Vivanco y Andresito, se llevaron 30 netbooks del Estado, nuevas y sin uso, entre otros elementos como fotocopiadoras e impresoras. También causaron daños en el mobiliario, puertas y ventanas, inodoros y canillas.
Lo llamativo es que los docentes, hartos de los hechos de vandalismo y que ingresen a robar, soldaron todos los accesos, tanto a la escuela como a las aulas. Esto no impidió que corten rejas de varios milímetros y que “revienten” las puertas con patas de cabra. Por si fuera poco, hicieron boquetes en el techo y se alzaron con las chapas.