El 11 de marzo de 2020, el juez de la Corte Suprema de Nueva York, James Burke, condenaba a 23 años de prisión al productor de cine Harvey Weinstein, a quien tres semanas antes había declarado culpable de abuso sexual criminal en primer grado contra la asistente de producción Mimi Haley y de violación en tercer grado contra la aspirante a actriz Jessica Mann.
El juez, antes de emitir su sentencia del proceso que comenzó el 6 de enero pasado, remarcó que Weinstein sería registrado formalmente como delincuente sexual.
Por su condena por el cargo de primer grado de acto sexual criminal, Weinstein recibió 20 años de prisión más cinco años de libertad supervisada. En el otro cargo condenado, violación de tercer grado, le dieron tres años de prisión.
El productor, uno de los más poderosos de la industria de Hollywood, fue acusado de dos cargos de agresión sexual depredadora, un cargo de violación en primer grado, un cargo de violación en tercer grado y un cargo de acto sexual criminal en primer grado.
En febrero de 2023, sumaría una nueva condena a 16 años de prisión por cargos de violación y agresión sexual contra una actriz y modelo italiana en 2013.
El caso Weinstein fue el primero de renombre sobre los frecuentes abusos sexuales en Hollywood y tras el cual se creó el movimiento #MeToo y su consecuente Time’s Up.
El exproductor, actualmente de 72 años, fue acusado desde 2017 por más de cien mujeres que presentaron públicamente sus acusaciones por delitos de agresión sexual, abuso y acoso, un patrón que se ha repetido durante décadas hasta el surgimiento del movimiento #MeToo.









