Más de 15 niños y pre adolescentes con trastorno del espectro autista y síndrome de down forman parte de una escuela de fútbol inclusivo de Posadas que busca la forma de sostenerse.
Esta iniciativa nació hace un año como una de las terapias propuestas desde la Asociación Misionera de Acompañantes y Asistentes Terapéuticos.
Por el momento, los docentes de educación física realizan un aporte de manera voluntaria y necesitan encontrar padrinos para solventar esta actividad de estimulación que hasta el momento ha tenido excelentes resultados.
En diálogo con PRIMERA EDICIÓN la presidenta de AMAAT, Liliana Charón, explicó que para sostener esta escuela de fútbol inclusivo “tenemos una cuota mínima, que en realidad todo lo recaudado es destinado al pago de la cancha y para comprar las camisetas de los chicos. Así que por eso pedimos que se nos sumen padrinos solidarios para poder comprar pelotas, conos y lo que necesitamos. También queremos poder pagarles a todo el equipo interdisciplinario terapéutico y los profesores de educación física, para que se sientan valorados en su trabajo. La idea es que otros padres que no pueden pagar una terapia -que sale de mil pesos para arriba- puedan acceder a la actividad de manera gratuita en el caso de que no puedan abonar una cuota”.
Desde el punto de vista terapéutico, “es una actividad donde una vez por semana se trabajan un montón de herramientas a las que quizás no accederían en su familia. Como tengo un hijo que hace fútbol y con mi experiencia laboral, dijimos que sería bueno implementar esto para otros niños con dificultades que no acceden a algún deporte. Con mi trabajo, estuve en algunos CAPS y recorrí barrios de muy bajos recursos, donde vi la necesidad de estos padres de niños con TEA o alguna discapacidad que no cuentan con medios para acceder a terapias”, contó.
Charón detalló que “estamos hace un año con esto y de a poco fuimos creciendo. Nos quedó pequeño el lugar en el que estábamos, así que nos mudamos a la cancha. Además, entre jugar en el césped y en un cancha de verdad tiene otra motivación para los niños. Lo que buscamos es que a través del fútbol tanto el niño, niña o adolescente que tengan un trastorno del espectro autista o alguna otra discapacidad, condición o trastorno puede trabajar en la inclusión. En lo que respecto a la estimulación deportiva lo que se tiene en cuenta es la necesidad de cada niño. Contamos con un profesor y acompañantes terapéuticos en el caso de que el niño así lo necesite. Sino directamente se da una colaboración en equipo con los demás niños”.
En actividad actualmente “tenemos más de 15 niños desde los 3 hasta los 12 años. El fútbol inclusivo sirve para estimular tanto lo deportivo como la autonomía y las habilidades sociales. Buscamos que se integren en un equipo mixto, donde convivan los niños con algún trastornos con aquellos que no tienen. Tratamos que sea inclusiva en todo sentido”, aclaró.
Para asegurar la integración de los niños, “en el primer encuentro se trabaja con la adaptación del lugar, con los otros niños y con su acompañante terapéutico. Con los meses, se pasa a otro grupo donde están todos más integrados. Cada uno tiene una camiseta porque le da una identidad a su equipo. Esa también es una manera de anticipar el día, porque muchas veces los niños con TEA necesitan eso. No sólo se hacen actividades de entrada en calor y resistencia, sino que también hay que saber de tiempos, límites y jugar partidos en equipos”, indicó Charón.
Desde la propuesta de AMAAT “queremos también concientizar acerca de que se trata el fútbol inclusivo y visibilizar que todo niño que tenga ganas puede jugar este deporte”, agregó.
Colaborar
Para apadrinar esta iniciativa de estimulación deportiva pueden comunicarse al 376 4713512. Hasta el momento el pago de las cuotas termina invirtiéndose en el pago de la cancha, camiseta y elementos de fútbol.