El titular del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA), Agustín Salvia, estimó este martes que a fin de año la pobreza en el país se ubicará en torno al “38%”.
“La situación es complicada, pero no catastrófica”, afirmó Salvia.
Según un informe de la UCA, que fue presentado el viernes ante Alberto Fernández, hubo un aumento del 7,9% al 9,3% la cantidad de la población urbana que vive en hogares donde padecen hambre o inseguridad alimentaria severa.
Al mismo tiempo, la inseguridad alimentaria en total pasó del 20,2% del 2018 al 22,2% al 2019 en todo el país. Estos últimos datos que se desprenden de la encuesta del Observatorio fueron presentados por el director de ese instituto Agustín Salvia al presidente electo en medio de la reunión por el Consejo de lucha contra el Hambre donde Fernández y el futuro ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, reunieron Marcelo Tinelli junto con sectores empresarios, sociales, sindicales y grupos piqueteros para avanzar en un plan de lucha contra la falta de alimentación en la Argentina.
El último dato oficial sobre la pobreza fue publicado a fines de septiembre pasado. En ese entonces la elevada inflación, la precarización del mercado laboral y la pérdida de poder adquisitivo impulsaron una significativa suba de la pobreza, que en el primer semestre de este año subió más de ocho puntos, llegó a 35,4% y afectó a 14,4 millones personas si se tomaba como referencia una proyección de la población urbana total. Para ese entonces y en el término de doce meses, 3,4 millones de argentinos habían caído en la pobreza.
El Noreste concentraba entonces la mayor masa poblacional con ese drama al registrar 11,2% del total país. Fue el peor dato desde 2007 y además el número más alto en lo que iba de la gestión de Mauricio Macri.
La indigencia, en tanto, fue de 7,7%, subió 2,8 puntos y afectó en el área urbana a 3,1 millones de personas.
Sin embargo, el dato más preocupante tiene que ver con que el 52,6% de los chicos entre 0 y 14 años eran pobres en el primer semestre. Un año atrás la cifra era de 46,8%.
Proyección
Al ser consultado por el contexto actual y de cara al recambio de Gobierno, Salvia dijo que ve al presidente electo, Alberto Fernández, “focalizado” en ese problema y destacó la implementación de una tarjeta inteligente “como la mejor forma de intervenir sobre la problemática del hambre”.
“Todos queremos que al próximo gobierno le vaya bien. Soy muy escéptico en general con todos los gobiernos, pero creo que se abre una venta de oportunidad”, dijo ayer Salvia en declaraciones a FM Futurock.
El titular del Observatorio de la Deuda Social de la UCA participó el viernes pasado de la reunión del consejo federal contra el hambre convocada por el presidente electo, para diseñar políticas públicas para combatir ese flagelo.
Para el dirigente, sería importante que ese consejo “convoque a un consenso aún más amplio, incluso entre los actores políticos, y que oficialismo y oposición estén en la mesa contra el hambre”.
Ojalá funcione, que no se monte un discurso o un relato y que se puedan implementar políticas alimentarias y la lucha contra el hambre sea una efectiva política de Estado que garantice la seguridad alimentaria”, sostuvo.
Según anunció el diputado Daniel Arroyo -quien coordinó la reunión del viernes y suena como posible ministro de Desarrollo Social- una de las primeras medidas será implementar una tarjeta inteligente para comprar alimentos, destinada a las madres de niños menores de 6 años y a referentes de comedores populares.
“La tarjeta alimentaria es la mejor forma de intervenir sobre la problemática del hambre. No puede ser universal, sino inteligente y focalizada, y que incluya no solo alimentos nutritivos sino también medicamentos”, remarcó Salvia.
Por último, anticipó que el próximo 5 de diciembre el Barómetro de la Deuda Social publicará los últimos números sobre pobreza, y repitió que “seguramente ya hemos pasado el 38%”.
“La situación es complicada, pero no catastrófica”, afirmó Salvia.
Fuente: Agencias de Noticias y Medios Digitales