Si escribimos “arqueólogo” en el buscador de Google y le damos click aparecerán miles de imágenes de personas vistiendo ropa de grafa, concentrados, buscando objetos en excavaciones, grandes lupas y sombreros. Pero esa imagen es sólo un modo de ser arqueólogo/a. Victoria Roca, licenciada en Antropología con orientación en Arqueología, doctora en Ciencias Antropológicas y becaria postdoctoral en el Instituto de Estudios Sociales y Humanos (UNaM-CONICET), nos va a contar en primera persona de qué se trata su trabajo. Hace varios años se dedica a investigar sobre las Misiones Jesuíticas, particularmente la de Santa Ana ¿Ya fuiste alguna vez?
Las Misiones Jesuíticas eran núcleos urbanos importantísimos, con niveles de organización, higiene y arquitectura que superaron ampliamente a otras ciudades coloniales de la época. Uno de los trabajos de Victoria ha sido sobre el coti guazú (del guaraní, habitación grande), un espacio edilicio dentro de las Misiones Jesuíticas construido exclusivamente para determinadas mujeres: viudas, solteras, huérfanas y adúlteras. En la Reducción de Santa Ana quedaba justo al lado del cementerio, también se encontraron registros del coti guazú más allá de la zona de viviendas, cerca del ingreso al pueblo. Este sitio estaba construido de modo tal que estas mujeres podían ser constantemente vigiladas. Victoria ha investigado sobre el lugar de las mujeres guaraníes dentro de las Misiones Jesuíticas. A partir del análisis de este espacio ella se propone reflexionar sobre las relaciones de género dentro de las Misiones. Le interesa reconstruir donde podían acceder las mujeres en general, y en particular las que estaban en el coti guazú. Si bien esta temática fue poco investigada, actualmente tiene mayor impulso para indagar en esta área.
Reconstruir relaciones sociales a partir del análisis de un espacio físico no es una tarea sencilla, menciona Victoria. La materialidad, lo que se denomina registro arqueológico, suele ser fragmentaria, es decir incompleta en relación a su estado original; esto implica un desafío constante para este tipo de investigaciones. De todas maneras, esa carencia no deshabilita el trabajo que lleva adelante ya que existen muchas formas más de hacer investigación arqueológica. El trabajo con los municipios es fundamental, tanto en los momentos previos y posteriores de la investigación “son los encargados de mantener esa memoria que rescatamos”, comenta Victoria.
El trabajo de la arqueóloga/o nunca es en solitario. Es fundamental la red que pueda tejer con otros profesionales como ser historiadores, arquitectos, ingenieros, botánicos y también con las personas de la misma comunidad en la que se encuentra el sitio excavado.
¿Qué implica “poner en valor”?
El patrimonio de Misiones es sumamente rico e invaluable. Por eso, es una pena que no haya una carrera de arqueología o una orientación específica de la antropología en la provincia. “Necesitamos ser muchas más, toda Misiones es un gran yacimiento y hay mucho para hacer”, indicó Victoria.
Poner en valor implica “arrojar luz en algo que ya estaba”. A veces desconocemos que podríamos tener en el patio de nuestra casa un jardín botánico o a unas cuadras un gran yacimiento arqueológico. Todos son recursos no renovables. No podemos “volver a fabricar” una Misión Jesuítica. Es irrepetible. Por eso es importante tener un compromiso de preservación del pasado para que esté disponible en el futuro esta parte de la historia nuestra.
La responsabilidad es de los profesionales, de los gobiernos pero de nosotros y nosotras también. Esto es, si en una excavación el equipo de Victoria recupera un objeto (una vasija, una herramienta) ésta pierde la posición en la que estuvo hace 150 años. Antes de excavar hay que tener en cuenta cómo voy a conservar ese objeto. Esa vasija (de relevancia cultural y social) debe volver a recuperar su posición y para ello el rol de los museos o centros de interpretación donde todos esos materiales se conservan es muy valioso.
La mochila de una arqueóloga
El paso antes de llegar a campo es fundamental ya que allí se realizan las visitas previas al sitio. La tarea de investigación es ardua porque hay muchas cosas que estudiar y planificar antes de comenzar a excavar. Victoria nos dice que se puede hacer mucho sin tocar nada, como investigar lo que hicieron otros/as investigadores/as previamente en ese mismo sitio y en sus alrededores y hacer relevamientos de las estructuras visibles.
Una vez en el campo, la mochila de Victoria es muy pesada: necesitan baldes, lupa, cinta métrica, cepillos, escala, cámara fotográfica, nivel óptico, cucharines de diferentes tamaños y formas. Hay que tener todo a mano para encarar el trabajo.
Luego de la excavación “recién empieza” el trabajo, hay que procesar todo el material. Victoria nos cuenta que las nuevas tecnologías permiten conocer por dentro los materiales que se recolectan, ofreciéndonos datos valiosos que nos permiten viajar en el tiempo y contestar algunas de las preguntas de investigación.
Acerca de Con Tonada Científica
Es un Proyecto de Extensión Universitaria de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la UNaM, en articulación con el Programa de Comunicación de la Facultad de Ciencias Exactas, Químicas y Naturales (Info Exactas). Nos proponemos comunicar qué y cómo se investiga en nuestra región, quiénes son los investigadores/as y cuáles son sus temas de investigación.
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