Hace por lo menos diez años que la meteorología se volvió una información importante para la vida cotidiana. El caso es que, a pesar de la demanda laboral que existe y crece en este campo, hay muy pocos profesionales en el rubro, a pesar de que el espectro laboral es amplio. El sitio digital Infobae elaboró un informe en el cual Álvaro Scardilli, presidente del Centro Argentino de Meteorólogos (CAM), afirma que actualmente hay sólo 180 estudiantes de la carrera universitaria en el país, que por año se reciben apenas cinco y que incluso hay provincias que no tienen meteorólogos. En Argentina, la Universidad de Buenos Aires (UBA) dicta la licenciatura en esta ciencia y hace algunos años se sumó la Universidad de La Plata. PRIMERA EDICIÓN habló al respecto con el único profesional que hay en Misiones: el técnico en Observación Meteorológica Favio Cabello, quien remarcó que la carrera “tiene mucha salida laboral, tenés trabajo en los aeropuertos, en los medios de comunicación, en el INTA, en algunos gobiernos provinciales, entre otros. El meteorólogo tiene salida laboral y para el que le gusta, no es tan complejo ni tan difícil, pero si no te gusta, no lo seguís. Tenés que tener vocación. Hay poca gente (estudiando la carrera) porque hasta hace algunos años sólo estaba en la UBA y allí te hacen cursar el ciclo básico y dejan afuera al 40 o 50 por ciento. Ahora, en la Universidad de La Plata entrás directamente a hacer Meteorología”. Teniendo en cuenta las posibilidades que esta carrera puede abrir para un profesional, Cabello opinó que los estudiantes no la eligen porque en la escuela “no les enseñan a amar las ciencias naturales, no está en la currícula. Doy charlas en escuela primarias, secundarias y terciarias y, cuando preguntás (a los alumnos) quién quiere estudiar, por ejemplo, meteorología, glaseología, geología, biología y otras, ninguno levanta la mano; astronomía, por ahí uno… Ahora, decís medicina, abogacía, contador… y tenés un montón de manos levantadas. Por eso creo que por ahí no se les enseña, no conocen las ciencias naturales, porque elegir esta carrera es vocación pura”, dijo.Aclaró que él estudió “en el Servicio Meteorológico Nacional, ya esos cursos no están. Me recibí en los años 1984-85 de técnico en Observación Meteorológica, que significa ser perito de los registros meteorológicos, la humedad, la temperatura, qué es un fenómeno meteorológico, qué está pasando con el tiempo. Hay varias áreas en la meteorología: tenés a alguien que está encerrado en una oficina y que recibe información meteorológica por la computadora y dibuja en un mapa las bajas y las altas presiones, los frentes fríos, y pasa la información procesada a los centros meteorológicos; esa es una parte, pero mi área está dedicada a la observación meteorológica, que es registrar los datos del tiempo -cuánto llovió, si lo que hubo fue un tornado, un viento fuerte o una lluvia intensa, qué fenómeno hubo- y hacer un análisis a corto plazo; después están los climatólogos, que analizan los datos de un mes, un año o 30 años”.Mucha más demandaEl profesional opinó que la demanda de información creció por dos motivos. Primero, porque la meteorología avanzó mucho y los pronósticos son más certeros: “Hace quince años, los pronósticos no tenían la exactitud que tienen ahora, entonces la gente no les hacía caso”. A ello se suma “la ‘explosión’ de medios de comunicación, que utilizan mucho la información meteorológica. Siempre digo que esas noticias son las que más circulan en los medios de comunicación, más aún que la información política y deportiva, porque la gente quiere saber cómo va estar el tiempo, si va a hacer frío o calor, si va a llover o no, para mandar a los chicos a la escuela, para organizar su vida cotidiana, cómo va salir vestido, todas esas cosas”, explicó. También cree que el cambio climático es un factor que dio mayor relevancia a la meteorología, y obviamente Misiones no es ajena a ello. “Ves los noticieros nacionales o de donde sean y ves siempre alguna noticia climática: el tifón, el terremoto, el huracán, el tornado. En el medio local tenemos más reuniones y hay cada vez más interesados. Hace unos meses tuvimos una reunión con ingenieros sobre el cambio climático, y cada vez más se habla en la calle el tema del tiempo”, indicó. Es que “el cambio climático se agudizó mucho en los últimos diez años, hay muchas organizaciones que están estudiándolo y están asociándolo con, por ejemplo, la degradación de los hábitats. Hay muchos biólogos y ecologistas que ven cómo se están degradando muchas regiones en el mundo, con desaparición del ecosistema, se han vuelto zonas más inundables, con fenómenos meteorológicos más violentos”.La carrera que pocos eligenEn la nota publicada por el medio digital nacional Infobae se explica que sólo dos universidades dictan la carrera: la de Buenos Aires y la de La Plata. Se trata de una licenciatura de cinco años a la que, en la UBA, se le suma el CBC.“Antes la carrera era Ciencias meteorológicas, porque tenía aplicación sólo en el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) y en la aviación. Ahora es Ciencias de la Atmósfera, porque es mucho más abarcativa. Se abrieron ramas como recursos hídricos, agricultura, impactos del cambio climático, cuestiones de interacción entre la atmósfera y los océanos y temas vinculados a la salud”, según Inés Camilloni, secretaria académica de la Facultad de Exactas y profesora de la carrera.“El alumno se topa con materias como dinámica de la atmósfera, cálculo numérico y convección y microfísica de nubes. Cuando se acerca el final de la carrera, los estudiantes se especializan en alguna de las ramas: agrometeorología, contaminación, climatología, cambio climático, tormentas y fenómenos severos”.