Está imputado del delito de encubrimiento por avisarle a Franco Sotelo (24) que lo buscaba la Policía. Continuará detenido hasta que se defina el monto de la caución real. El sargento de Policía aprehendido durante la noche del domingo pasado bajo la firme sospecha de colaborar de manera directa en la fuga de Franco Emanuel Sotelo, el joven de 24 años que era intensamente buscado por el rapto, abuso sexual y ataque a golpes, un día antes en Pozo Azul, a una niña de 6 años y las lesiones a la hermana de 12, se abstuvo de declarar ayer ante el juez de Instrucción 1, Marcelo Cardozo, quien lo imputó del delito de encubrimiento.
Durante la tarde de ayer, el policía fue trasladado al Juzgado de calle Santa Fe, donde aconsejado por su defensor optó por acogerse a su derecho de guardar silencio y solo dialogar de manera informal, sin que le represente validez a favor o en contra en la instrucción del expediente.
En este ámbito, sin valor legal alguno, fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN coincidieron en que el imputado habría admitido haber mandado los mensajes de texto que alertaron a Sotelo, quien se encontraba en una vivienda del barrio Los Kiris de Posadas, que un grupo de investigadores de la Policía estaba a punto de detenerlo por los graves delitos que habría protagonizado un día antes en San Pedro y Pozo Azul.
De la misma manera, informal, también habría dicho que lo ayudó porque conoció a Sotelo cuando estuvo detenido en la seccional Primera y que le preocupaba o consternaba la situación en que podría quedar su pequeña hija sin el amparo o guarda de su padre.
La contundencia de las pruebas en contra del uniformado no es menor, porque los mensajes fueron emitidos desde el teléfono del sospechoso y tuvieron como destinatario un familiar directo de Sotelo.
El celular que recibió las advertencias para que se fugara, segundos antes de ser atrapado, fue secuestrado en los allanamientos ordenados por el juez Cardozo, a pedido de su par del Juzgado de Instrucción 3 de San Vicente, Gerardo Casco, quien investiga la golpiza en un camping de San Pedro a una joven madre y su hija y varios minutos después el rapto y violación de la niña de 6 años en Pozo Azul.
Sotelo escapó y permaneció escondido en una zona de monte de Garupá hasta el martes a las 16.45 cuando sorteó la primera línea del operativo cerrojo montado por 350 policías a pocos metros de la rotonda de acceso a esta localidad sobre la ruta nacional 12 y comenzó a correr con intención de atravesar la autovía. No tuvo suerte y un camión lo arrolló provocándole la muerte de manera instantánea.
Con el deceso confirmado, la causa por lesiones, privación de la libertad y abuso sexual ultrajante quedó en camino de cierra ante la extinción del delito.
El juez Marcelo Cardozo se abocará durante las próximas horas a analizar los fundamentos de la solicitud de excarcelación presentada por la defensa del policía.
Como el delito que se le imputa es excarcelable, se baraja que el pedido de liberarlo eximido de responsabilidad en el encubrimiento sea rechazado, pero podría ofrecerle una libertad bajo caución real y restricciones para el desplazamiento, especialmente que apunten a que sostenga el arraigo presentándose periódicamente ante el Juzgado y que no entorpezca la continuidad de la investigación.
De todas maneras enfrenta un posible juicio como autor de un delito que podría enviarlo hasta seis años a prisión, de acuerdo al artículo 277 del Código Penal.
Favorable
En cuanto al estado de salud de las hermanas de Pozo Azul, internadas en el Hospital de Pediatría Fernando Barreyro, se destacó que la menor de 6 años sigue en estado crítico pero tuvo una respuesta neurológica favorable al traumatismo encéfalo craneal y evoluciona de las lesiones genitales por el ultraje sexual. Se mantiene estabilizada en terapia intensiva con respirador y en mejoría hemodinámica. La niña de 12 años se encuentra fuera de peligro y en sala común y se alimenta sin ayuda.
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