POSADAS. En tres de cada diez hogares de la Argentina los ingresos percibidos por sus integrantes resultan insuficientes para cubrir los consumos que consideran necesarios. Entre las familias en las que hay chicos el problema es más extendido: el 37,3% afirma no contar con los recursos necesarios para acceder a los bienes y servicios que desean.Esa problemática está reflejada en un informe de la Encuesta de la Deuda Social Argentina (EDSA) de la Universidad Católica Argentina, que muestra que entre 2007 y 2011 no hubo una mejora significativa del índice de ingresos insuficientes, algo que habría sido esperable en función del crecimiento económico, la suba de salarios y el pago de la llamada asignación universal por hijo, que se instrumentó en 2009 describió ayer La Nación.Según el estudio, la inflación es lo que explicaría que esos factores no se hayan traducido en un aumento de la percepción de bienestar económico. De acuerdo con los cálculos de consultoras privadas, en el período mencionado los precios aumentaron en promedio alrededor de un 140%, y los valores de los alimentos y productos de primera necesidad fueron en particular los más afectados.Los datos sobre ingresos surgen de un relevamiento hecho en 5.712 hogares del área metropolitana (ciudad de Buenos Aires y conurbano) y de otros 15 centros urbanos del país. ¿Qué es lo que define la insuficiencia de ingresos en las familias? Según la investigación de la UCA, en el caso de los hogares que por sus características fueron señalados como del estrato socioeconómico más bajo, esa condición significa que no tienen capacidad de compra para todos los bienes que son fundamentales para la subsistencia, como los alimentos y el calzado o la vestimenta. En el estrato social medio alto, la respuesta dada por los encuestados se refiere a si se pueden mantener, con los ingresos percibidos, los consumos que son habituales (o que lo eran) o bien aquellos a los que aspiran; en este caso es muy probable que se incluyan bienes o servicios que no son esenciales, como las salidas para el entretenimiento de la familia.La diferencia con el índice de pobreza que se conoce habitualmente es que en el caso del estudio sobre hogares con ingresos insuficientes se miden la percepción y el conocimiento que tiene la propia familia respecto de si puede hacer frente a los gastos que sus integrantes creen necesarios. En la estimación de indigencia y de pobreza se toma en cuenta el ingreso declarado por los encuestados para compararlo con el valor de una canasta de bienes ya definida por la metodología estadística.La misma encuesta de la UCA, de hecho, tiene también una estimación de la tasa de pobreza, que indica que en los últimos meses de 2011 el 13,6% de los hogares (y el 21,6% de las personas) era pobre. El índice triplica al difundido por el Indec, que basa su cálculo en sus cuestionados datos de evolución de precios. Del análisis de los datos surge que el porcentaje de hogares con ingresos insuficientes es superior en los grupos que tienen una jefa mujer respecto de los que tienen por cabeza a un varón.




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