POSADAS. “En mi país -Estados Unidos- las fronteras son fuertemente vigiladas. Antes se podía pasar a Canadá presentando la licencia de conducir. Desde el 2001, tras el atentado a las torres gemelas, empezaron a exigir el pasaporte y el trámite es mucho más complejo. En la frontera con México, hay una muralla con alambre de púa que se asemeja al Muro de Berlín…algo muy vergonzoso. Por eso para nosotros es un realismo mágico poder estar parado en un lugar con un pie en un país y otro pie en el otro sin tener a la policía persiguiéndote”. Ciudades fronterizas en contacto geográfico y cultural como Bernardo de Irigoyen (Argentina) con Dionisio Cerqueira y Barracao (Brasil), fueron las elegidas por John Lipski, profesor de Lingüística Española de la Universidad Estatal de Pennsylvania, para desarrollar su investigación acerca del uso del español y el portugués en las zonas limítrofes de Latinoamérica. El trabajo fue presentado el martes en el Anexo de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Misiones ante varias decenas de estudiantes de la carrera de Portugués de esa facultad, que coorganizó el evento junto con el Instituto de Políticas Lingüísticas del Ministerio de Cultura, Educación, Ciencia y Tecnología de Misiones.Mixtura de lenguasLipski investiga el fenómeno del bilingüismo en toda la frontera de Brasil con países de habla hispana. En las distintas ciudades y por medio de entrevistas a sus moradores analiza el fenómeno que se produce en el contacto entre dos lenguas que son tipológicamente similares. Durante la conferencia relató e ilustró por medio de fotografías -que se pueden encontrar en su sitio www.personal.psu.edu/jml34- sus visitas a diversas ciudades fronterizas donde realizó su trabajo de campo por medio de entrevistas. Entre las ciudades se encuentran Pedro Juan Caballero (Paraguay) y Ponta Porá (Brasil), Bella Vista Norte (Paraguay y Bela Vista (Brasil), Rivera (Uruguay) y Santana do Livramento (Brasil). “Aquí estuve parado en tres países a la vez”, destacó señalando una fotografía tomada en la triple frontera Iñapari (Perú), Bolpebra (Bolivia) y Assis (Brasil), donde un arroyo poco profundo y de unos metros de ancho separa -o une- los tres países. En la frontera de Misiones con Brasil visitó las localidades de Panambí, San Antonio, San Javier, Alba Posse, Santa Rita, donde el portugués y el español conviven con el alemán y el polaco. Se refirió a El Soberbio como “la capital mundial del portuñol” y destacó a Irigoyen como la “Puerta de entrada al multilingüismo misionero”, destacando que a ambos lados de la frontera hay escuelas bilingües.Tierras bilingüesAntes que portuñol, Lipski sostuvo que la lengua que se habla en todas estas regiones fronterizas de habla hispana es portugués. “Definirlo como ‘portuñol’ no me parece muy adecuado porque sugiere que no es ni una lengua ni otra. Hablan portugués pero una lengua vernácula -lengua nativa o dialecto- no escolarizada y también portugués con elementos del español, pero su base es portugués. A modo de ejemplo de los fenómenos lingüísticos encontrados, en que se alternan en una misma frase los sujetos, verbos y sustantivos del español y el portugués, citó frases como: “a gente tinha que pasar por la ponte”, “hoy por hoje” -la frase ‘hoy por hoy’, en dos lenguas-, “agora ta faziendo” -donde el verbo usado es en sí mismo una mezcla de fazendo (portugués) y haciendo (español).“Para poder hacer esta alternancia se requiere un bilingüismo. Y el español y el portugués son lenguas tipológicamente tan parecidas que se pueden sobreponer en cualquier momento del discurso, en la misma frase, porque tienen exactamente la misma estructura de todos los elementos gramaticales”, destacó. “Las personas que son bilingües cambian fluidamente. Por otro lado, la persona que aprende en portugués como segunda lengua a veces cambia -de lengua- inconcientemente. Pero lo interesante es que por el tipo de compenetración lingüística no se puede saber si la persona que habla aprendió el portugués como primera lengua o como segunda”, agregó.En relación a algunas tradiciones de lingüistas que buscan separar las diferentes lenguas habladas, Lipski señaló que “el que dice que esta forma de hablar rompe el idioma está equivocado, porque el multilingüismo enriquece a la inteligencia, enriquece culturalmente, y en Misiones el multilingüismo está mucho más enriquecido aún, porque el español convive no solo con el portugués, sino también con el guaraní y con el alemán -fenómeno que estudiará esta semana y la próxima junto a su colega Michael Putnam, que llegó a Misiones ayer”. Y finalizó destacando que “ustedes -por los habitantes de la provincia- tienen aquí un laboratorio vivo, con varias lenguas en contacto, es un paraíso para el investigador, y por eso los invito a trabajar sobre estos fenómenos, aprovechando que a ustedes les queda mucho más cerca que a nosotros”. Del corazón“Para muchos -argentinos de zonas de frontera con Brasil- el portugués es la primera lengua que aprendieron y es la que usan para expresar todas las emociones humanas, cariño, frustración. Les resulta más natural y placentero el portugués que el español, lengua que fue aprendida en la escuela con cierto elemento de crítica y de reproche hacia el portugués. Durante las entrevistas encontré que al cambiar la conversación del español al portugués la persona se desenvuelve con más facilidad, es como un alivio porque puede hablar a sus anchas, porque esa es la lengua que aprendió en la infancia”.





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