POSADAS. Un año después, la familia Miranda parece no poder escapar del dolor que todavía la golpea de cerca. Fabián, conocido por todos como “Paty”, murió el 3 de junio de 2011 en una tragedia vial sobre la avenida Cocomarola, cuando un automóvil del SiPTeD al mando del hijo de un funcionario de esa dependencia cruzó en rojo, perdió el control y lo arrolló.El domingo pasado, su familia, sus amigos y sus seres cercanos se reunieron de nuevo en el lugar del accidente y refaccionaron la estrella amarilla que lo recuerda y que llama a la reflexión de todos los que pasan por ahí. Una reflexión necesaria siempre, pero principalmente hoy, que se conmemora en nuestro país el Día Nacional de la Seguridad Vial.“Se cumplió un año de su partido y estamos esperando por Justicia. Están sus hijos, sus vecinos, los familiares de Buenos Aires, sus tíos, sus primos”, contó Silvia Delgado (43), tía y madrina de “Paty”, antes de quebrarse en lágrimas y abandonar el diálogo con PRIMERA EDICIÓN.Con un poco más de fuerza para hablar pero con el mismo dolor en medio del pecho, Fabián Miranda (47) expresó las sensaciones a un año de la muerte de su hijo.“Dentro de lo lento que suele ser, esto está bastante acelerado, pero hasta ahora no hay nada firme. Todo está en el camino”, contó el hombre sobre la situación del joven de 20 años que guiaba el Chevrolet Astra que provocó la tragedia.El muchacho fue procesado, pero la defensa apeló y ahora todo está en manos del Superior Tribunal de Justicia, que debe resolver al respecto.“Lo que nos preocupa y nos duele es que él sigue libre, con su vida normal, y hasta nos contaron que sigue manejando pese a que le quitaron la licencia de conducir”, reveló angustiado el papá de “Paty”.Sobre estos últimos doce meses sin Fabián, Miranda reconoció que se trató de “un año muy difícil”, aunque agradeció a Dios “porque nos dio el hijo que la mujer de ‘Paty’ esperaba cuando todo esto sucedió. No digo que llene el espacio, pero es como una ‘tablita’ flotando en el mar, aferrándose y tratando de sobrevivir”. El hombre se refiere al nieto que le dejó su hijo antes de morir, actualmente de 5 meses y con el legado familiar: heredó el mismo nombre que su padre y que el abuelo, que ahora lo mira con orgullo.El pasado domingo, cuando todos se juntaron para repintar la estrella de “Paty” sobre la avenida Cocomarola, también estuvo presente Eduardo Penayo (22), el joven que también fue víctima de la tragedia y que milagrosamente salvó su vida.“Yo estaba en la vereda, había terminado de comer una hamburguesa y vi que se me venía el auto. Sólo atiné a cerrar los ojos y ahí me tiró para atrás. Yo estaba en la moto, pero el impacto me levantó y me hizo volar como cuatro metros. Dí tres vueltas en el aire”, recordó el sobreviviente sobre aquella noche fatídica.Eduardo sufrió fractura de tibia y peroné, pero se recuperó y participa constantemente de los actos de recuerdo de Fabián. “Esto me cambió la vida para siempre. Lo mío tuvo solución, pero lo de él no”, contó emocionado, en una reflexión tan simple como profunda. Y tan válida a la hora de pensar antes de salir a la calle.





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