PARAJE CAPITÁN GIACHINO, San Antonio. Mucho se habla desde el Estado sobre la importancia del consumo de frutas, verduras y jugos para una sana alimentación. Oficialmente es obligatoria la provisión de frutas en las comidas brindadas por las instituciones, como hospitales y escuelas. También sabemos que en muchos casos, por un problema presupuestario o administrativo, no se cumple tal requerimiento y además en muchísimos hogares no alcanzan los magros ingresos para proveer la mesa familiar de mandarinas, que en las fruterías se cotizan alrededor de 5 o 6 pesos por docena.Lo insólito de este caso es que una tradicional familia de antiguos moradores del municipio de San Antonio poseen dentro de su chacra un predio de cuatro hectáreas exclusivamente dedicado a la producción de mandarinas que este año arrojó una cosecha de aproximadamente 280.000 kilos, los cuales no fueron cosechados por el personal de la cooperativa con la cual tienen contrato, con el argumento de que lo cosechado ni siquiera pagaría el flete de las frutas hasta los depósitos de la misma. En la misma chacra, sus propietarios producen tabaco, yerba y cítricos. PRIMERA EDICIÓN habló con Armando (75), quien explicó que “desde marzo que estamos solicitando que vengan a cosechar, nos dicen que ya vienen, que ya vienen, y pasó marzo no buscaron, pasó abril no buscaron y ahora vienen y nos dicen que la fruta está muy madura y que no da para cosechar porque no va a pagar ni el flete”.“Esto es una barbaridad, en este cuadro yo puse nueve mil pesos de mudas y además tuve los gastos de limpieza, de abono, de pulverización. De acá salen más o menos 70.000 kilos por hectárea, son cuatro hectáreas, sacá la cuenta son más o menos 280.000 kilos”, se lamenta el agricultor.“Además yo tengo otro cuadro de siete hectáreas donde firmé un contrato con ellos que decía que durante los primeros siete años ellos podían retenernos por deuda y gastos hasta el 50% del valor de lo producido, pero llevamos trece años y nos siguen comiendo el 50%. Este año por ejemplo de gastos me facturaron más de 35.000 pesos entre abono y pulverización, esa cuenta suma más de lo que nosotros vamos a ganar”, explicó el productor. Agregó que “en esas hectáreas calculo que el promedio que cobramos es de, a lo sumo, 28 centavos por kilo”.Su esposa y compañera de toda la vida, Mabel (63), expresó que “esta plantación la vamos a tener que destruir, cualquier otra cosa que produzcamos, si la podemos vender nos va a generar un ingreso, pero así es sólo gasto”. “No entiendo como a esta empresa le llegan millones y millones de subsidios y ayuda financiera pero esa plata no llega a los que trabajamos la tierra, a los que producimos, es una locura que haya que tirar la fruta, con la necesidad que hay, esto es fruta, a todo el mundo le sirve y le viene bien, es alimento, no es algo superfluo”, reflexionó la mujer.Contaron que desde hace tres años, el valor por kilo de su cosecha no ha mejorado pero que los costos de la producción se han incrementado en un alto porcentaje, incluyendo los servicios de pulverización y abono que les provee la misma cooperativa.Cambio de rubro“Si no nos aumentan los precios y nos cosechan la producción en tiempo y forma nosotros, decidimos entre varios productores, vamos a abandonar esta actividad, no les vamos a entregar más, estamos cansados de que nos exploten”, advirtió Armando. “Si alguien quiere incursionar en esto yo le diría que no lo haga, con maíz, con animales, con cualquier otra producción va a obtener más ganancias, pero con los cítricos, por lo menos con esta cooperativa, no lo recomiendo, te inventan clases, te clasifican mal, te llenan de insumos y siempre estás debiendo y nunca salís adelante, en el tabaco hacen lo mismo, joden al productor”agregó.“Si no encontramos solución vamos a tener que contratar máquinas para topar lo plantado, es inadmisible, me gustaría que desde el Ministerio del Agro intervengan, hagan algo, estamos hablando de fruta, esto colaboraría con la alimentación de muchísima gente, y lamentablemente se está perdiendo y nadie hace nada”, finalizó Mabel.Son casi 300.000 kilos de frutas que, según parece, no llegarán a ninguna mesa, no llegarán a ninguna escuela ni hospital. Cuando en Misiones se realza el “Hambre Cero” también en Misiones, se dejan pasar miles y miles de frutas en un campo. ¿Quiénes son los responsables?





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