POSADAS. El hecho es espeluznante, primero y principal por la víctima; segundo por el acusado y tercero, por las circunstancias del hecho. Y cuarto, porque la Policía se encargó de taparlo por más de un año.La causa está judicializada y la investigación, impecable, a cargo del juez de Instrucción 3 de Posadas, Fernando Luis Verón.Saltó a la luz el miércoles, en horas de la tarde, con la detención de un suboficial mayor acusado de violar a un adolescente de 16 años, que padece retraso madurativo.Según la pesquisa judicial, que llevó más de un año de paciente tarea investigativa, el abuso ocurrió en marzo de 2011 en el mismísimo destacamento policial del Jardín Botánico.Aquella noche, el uniformado habría llevado al menor desde la bailanta donde prestaba servicio adicional, ubicada frente a la ex planta de Tortosa, hasta la citada dependencia del barrio Kennedy, donde abusó de él.Lamentablemente, el informe médico confirmó el acceso carnal. Incluso, se realizó un hisopado que permitió el levantamiento de una muestra de semen que podría ser decisiva para cerrar la investigación en torno al sospechoso.El suboficial será sometido a una prueba de ADN para confirmar si esos restos biológicos se corresponden con su patrón genético.De confirmarse esto, su suerte en el expediente quedará sellada.El policía está y seguirá detenido en la sede de la Dirección Investigaciones de Delitos Complejos (DDI), unidad especial que procedió a su arresto el miércoles, en horas de la tarde.Al día siguiente, es decir el jueves, fue trasladado al Juzgado de Instrucción 3 de la capital provincial, donde lo aguardaba el juez Verón para indagarlo.Pese a que se abstuvo de prestar declaración, se le comunicó que quedaba imputado del delito de “abuso sexual con acceso carnal”.Con posterioridad fue trasladado nuevamente a la DDI, en calle Santiago del Estero, entre Félix de Azara y Buenos Aires.Fuentes de la causa indicaron que su situación es más que comprometida.Incluso, la Justicia contaría con el testimonio del colega que lo relevó en la guardia del destacamento de barrio Kennedy, aquella noche de marzo de 2011.El testigo habría asegurado a la Justicia que, al llegar para asumir sus funciones, vio al chico en el destacamento y le preguntó al suboficial que hacía allí, a lo que este habría respondido que se trataba de su sobrino.La investigación tiene otras aristas comprometedoras para el sospechoso. Al parecer, se pudo establecer que él llevó al adolescente en su propio coche, desde la bailanta hasta la mencionada sede policial.El dato del lugar donde comenzó esta historia fue clave para desentrañar el misterio respecto de la identidad del agresor.Se supo que esa noche dos integrantes de la Policía cumplieron servicio adicional en el local bailable.Uno de ellos era personal femenino, trascendió, circunstancia que simplificó la tarea investigativa.Después se consiguió la identidad del policía que cumplía vigilancia en la dependencia de barrio Kennedy, aquella noche de marzo de 2011, y saltó que se trataba del mismo sospechoso.Si bien en un principio puso reparos, la madre del menor confirmó en sede judicial todos y cada uno de los términos del relato efectuado por su hijo, lo que terminó de configurar la calificación penal contra el imputado.Con la detención del suboficial no se acaba la instrucción. Ahora el juez de la causa seguramente ordenará un estudio minucioso del diagnóstico psicológico de la víctima, para conocer en profundidad de qué discapacidad se habla y sobre todo, si se ubica en tiempo y espacio.En otras palabras, la Justicia pretende saber si el adolescente es manipulable y si entiende las causas y consecuencias de los actos que protagoniza.Otra medida procesal tiene relación con la repeción de la declaración testimonial de la propia víctima, que se realizará en breve a través de la Cámara Gesell.Pero la madre de todas las pruebas será el examen de ADN al que el policía deberá someterse, a partir de las muestras de semen obtenidas en la causa.Esta, sin duda, marcará a fuego el destino procesal del suboficial, indicaron fuentes de la causa.Pese a que pasó más de un año del hecho, el policía aparentemente seguía cumpliendo funciones en la institución del orden.Al parecer, Verón firmó la orden de detención el lunes 21 de este mes, pero la misma se materializó dos días después.En el procedimiento intervino personal de la Dirección Investigaciones de Delitos Complejos (DDI).En esa sede, el acusado continuará privado de su libertad.





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