ROMA, Italia (Diarios Digitales). Un inesperado golpe de escena alimentó el escándalo de los “VatiLeaks”, la mayor difusión de documentos secretos registrada en la Santa Sede. El mayordomo personal del Papa sería el responsable de las filtraciones a la prensa de una montaña de papeles reservadísimos que, en los últimos meses, dejó al desnudo la guerra interna, llena de venenos e intrigas, que estremece al entorno de Benedicto XVI.Como si se tratara de una novela de Agatha Christie, el vocero del Vaticano, padre Federico Lombardi, informó ayer que la gendarmería vaticana arrestó a una persona “en posesión ilícita de documentos reservados”. Se trata de Paolo Gabriele, el ayudante de cámara de la “familia pontificia” y el laico más cercano al Papa.El propio Pontífice se habría mostrado “dolido y golpeado” por la detención, según indicaron desde el Vaticano.El viernes por la mañana, tras ser arrestado, Gabriele fue interrogado por el promotor de justicia vaticana -una suerte de fiscal- Nicola Picardi en el marco de la investigación abierta por la, hasta ahora misteriosa, filtración de documentos reservados.Cazar al “cuervo”Según trascendió, quien comenzó a sospechar del mayordomo pontificio fue la comisión cardenalicia puesta en marcha en abril último por el Papa para encontrar al “cuervo” -como aquí denominan a quienes filtran información confidencial- culpable de la inédita fuga de noticias que sacude al Vaticano.Sin embargo, muchos expertos creen que el mayordomo, en verdad, podría ser un chivo expiatorio, al igual que Ettore Gotti Tedeschi, el presidente del Istituto per le Opera Religiose (IOR), destituido anteayer y también relacionado con el mismo escándalo. “Detrás de la fuga de documentos hay, en cambio, una mente refinada, que conoce la política eclesiástica”, opinó Andrea Torniella, vaticanista de La Stampa.Finanzas dudosasSe hizo público un memo anónimo que echaba luz sobre las falencias de una nueva ley antilavado del Vaticano. También se reveló que el Banco del Vaticano había realizado transferencias al exterior para evitar controles.ComplotLa difusión de una carta anónima que develaba un presunto complot contra el Papa despertó especial atención. En la misiva, se daba cuenta de presuntas declaraciones del cardenal italiano Paolo Romeo, arzobispo de Palermo, en las que afirmaba que al Papa le quedaba un año de vida y denunciaba maniobras políticas para su sucesión.InternasEn marzo, se echó luz sobre una interna a través de dos cartas. En una, Bertone le ordenaba, en nombre del Papa, al cardenal Dionigi Tettamanzi, ex arzobispo de Milán, que dejara su cargo de presidente del Istituto Giuseppe Toniolo, un importante centro de poder del Vaticano. En otra, Tettamanzi, indignado, le pedía explicaciones al Papa, quien anuló la orden de su segundo.Como todo salía de la Secretaría de Estado, la fuga de noticias sacó a relucir una guerra de poder intestina, cuyo blanco sería el segundo del Papa, el cardenal Tarcisio Bertone propiamente. LibroHace una semana, se publicó Su Santidad, que revela cartas que llegaban al Papa sobre temas candentes dentro de la Iglesia y de Italia. El Vaticano lo definió como un “acto criminal”.Destitución en Banco VaticanoEl anteúltimo capítulo del “VatiLeaks” se escribió después de meses de tensiones vinculadas a la fuga de documentos, fue desplazado Gotti Tedeschi, presidente del IOR, también llamado el Banco del Vaticano.De 67 años, muy cercano al Papa y miembro del Opus Dei, Tedeschi fue nombrado en 2009 para darles transparencia a las otrora oscuras finanzas del Vaticano. En su afán de hacerlo más transparente, ganó varios enemigos, entre ellos, el cardenal Bertone.





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