POSADAS. “Para cambiar al mundo tenemos que cambiar la forma de nacer”, sostiene un colectivo de mujeres que se conformó hace apenas unos meses en esta ciudad para dar vida a distintas actividades en torno a la Semana Mundial del Parto Respetado, que se conmemora en todo el mundo desde 2004. Esta sencilla reflexión cuestiona los procedimientos que, con algunas excepciones, se practican en los hospitales y clínicas de maternidad. La madre llega al hospital o al sanatorio, de manera rutinaria médicos y enfermeros la atienden, la tocan, le ordenan “colaborar”, no le explican los procedimientos a realizar, no la escuchan, le colocan la peridural -una anestesia que adormece la parte inferior del cuerpo con lo cual la puja debe ser dirigida porque la madre no puede sentir nada-, le aplican oxitocina -una hormona que acelera las contracciones-, le hacen la episiotomía -una intervención quirúrgica que consiste en un corte en el perineo-, etcétera.“Las mujeres embarazadas no están enfermas”, sostuvo en diálogo con PRIMERA EDICIÓN Ana Laura Rojas Miguez, partera egresada en la Universidad de Buenos Aires. Y a pesar de que el acto del alumbramiento es uno de los momentos más felices de la vida de una mujer, las prácticas que se han habituado a desarrollar los nosocomios hacen que sea traumático.“El parto respetado consiste en respetar los tiempos fisiológicos de la mujer y el bebé, los tiempos afectivos, psíquicos, emocionales de la madre y de la familia que está recibiendo a ese niño”, dijo Rojas Miguez. “La mujer tiene un enorme poder sobre su cuerpo. Para poder decidir qué prácticas queremos y cuáles no, tenemos que estar informadas, conocer en qué consiste una cesárea o un parto normal y saber cuáles son las distintas intervenciones que nos podrían hacer en cada caso”, agregó. Es leyEl artículo 2 de la Ley Nacional 25.929, de 2004, explica que “toda mujer, en relación con el embarazo, el trabajo de parto, el parto y el postparto tiene derecho a ser informada -de manera comprensible- sobre las distintas intervenciones que pudieren tener lugar, de manera que pueda optar libremente cuando existieren diferentes alternativas; a ser tratada con respeto; considerada, en su situación como persona sana, de modo que se facilite su participación como protagonista de su propio parto; al parto natural, respetuoso de los tiempos biológicos y psicológicos, evitando prácticas invasivas y suministro de medicación que no estén justificados por el estado de salud de la parturienta o de la persona por nacer; a ser informada sobre la evolución de su parto, el estado de su hijo o hija; a estar acompañada por una persona de su confianza durante el trabajo de parto, parto y postparto.Por supuesto que cada hospital o sanatorio tiene su propia política y decidirá atender o no a la madre en su pedido. “Para poder exigirlo, en Buenos Aires las madres y padres llevan la copia de la ley, que está en Internet -se puede descargar, por ejemplo, de www.partorespetado.blogia.com) con una nota escrita y firmada con sus nombres y DNI, en la que expresan qué prácticas no quieren que le realicen a la mamá”, recomendó la partera. Semana de reflexiónLas actividades organizadas en Posadas por el grupo de mujeres conformado por Ornella Bellini, Natalia Correa y Rojas Miguez, que se iniciaron el sábado pasado, continúan mañana en el centro cultural Che Cambá (Pedernera y Nicomedes Castro en Villa Sarita). Desde las 18 presentarán dos documentales: “La luna en ti” -que aborda el proceso de la menstruación- y “El primer grito” -sobre partos en distintas culturas del mundo.El domingo, desde las 16, se realizará un gran festival en la Plazoleta del Papa, con payasos, música, juegos para los niños, participación de la Murga de la Teta. “No será un festival de cierre, porque este trabajo continúa, seguiremos trabajando para informar a las mujeres.





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