POSADAS. Hombres y mujeres que enseñaron en las aulas misioneras durante treinta a cuarenta años marcharon ayer desde la plaza 9 de Julio hasta el Instituto de Previsión Social (IPS) en reclamo de un trato justo por parte del Gobierno provincial que se evidencie en sus jubilaciones y el funcionamiento de la obra social. En esta movilización participaron también representantes de los retirados y jubilados de la fuerza policial, docentes y trabajadores públicos en actividad y dirigentes gremiales de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) y del Frente Gremial Docente. La columna avanzó pidiendo disculpas por altavoz por causar molestias. Avanzó sin prisa y sin pausa hasta el IPS donde todos cantaron a viva voz el Himno Nacional Argentino. La sola presencia de algunos de los jubilados fue una lección de civismo, como la de María del Carmen Fachini (ex subsecretaria de Educación y directora de Enseñanza Primaria), de 76 años, que se ayudaba en su bastón para avanzar sin lastimarse más las rodillas. “Me operaron hace algunos años y ahora tengo que volver a operarme. Sí, me duelen las piernas pero estoy acá porque más me duele la injusticia de ver a mis compañeros jubilados que no cobran la movilidad como corresponde”, contó María del Carmen a PRIMERA EDICIÓN. No era esta mujer la única manifestante con problemas de salud. Participaron jubilados representantes de Aristóbulo del Valle, Apóstoles, Eldorado, Puerto Rico, Libertador General San Martín, Concepción de la Sierra, Oberá y San Javier. “Lo que cobramos no nos alcanza…encima con los años uno va aumentando los gastos en la farmacia”, relató Leo, la jubilada encarga de repartir los volantes a los vecinos. También la docente y dirigente de la Udnam, Lucía Patiño, marchó ayer junto a sus pares del sector pasivo. Esta es una de las tantas educadoras misioneras que no se acoge al beneficio de la jubilación para evitar (retrasar al menos) la reducción drástica del 50% de sus ingresos. Ese es problema: un jubilado cobra la mitad de un docente en el mismo cargo, como consecuencia del componente salarial en negro, la no aplicación automática de la movilidad y el tope jubilatorio impuesto por el Ejecutivo provincial. Blanca Sosa se jubiló hace veinte años y ayer viajó desde Puerto Rico para movilizarse. “Me jubilé como supervisora y, por el tope jubilatorio, cobro exactamente la mitad de lo que percibe una supervisora en actividad. No es justa esta brecha, creo que nos deben dejar disfrutar por todo lo que hemos dado por la educación. Con la Ley de Emergencia Previsional que ya tiene dos décadas de vigencia, los jubilados perdimos en Misiones la movilidad automática, es decir que los aumentos a los activos también se trasladen al sector pasivo”, aseveró Blanca. Por un cambio El presidente de Ajumider, Alfredo Aguirre, alertó sobre el vaciamiento del IPS, “el los últimos diez años, el presupuesto se redujo un 15%” y sentenció el fracaso del sistema actual de prestación de la obra social, “por la misma razón que fracasó el sistema de redes, no se eliminaron los cupos y la falta de turnos para los afiliados”. Por su parte, según indicó Alberto Holz del Centro de Docentes Jubilados de Posadas, “hoy reiteramos nuestros reclamos porque ninguno de ellos tuvo respuesta alguna. La gran cuestión acá es que las leyes no se cumplen”, remarcó. También marcharon el candidato por la lista Dignidad y Compromiso a delegado docente en el directorio del IPS, Alberto González de Oberá y el dirigente de la CTA, Chito Pasamán. Ambos alentaron a cambiar el rumbo del IPS participando de las elecciones del 30 de mayo. “Emergencia moral”De espaldas al IPS y frente a sus compañeros de lucha, el ex presidente del IPS y también ex presidente del Consejo General de Educación, Damián Cura, se refirió ayer al manejo discrecional de este organismo que “es utilizado como caja del Gobierno”. Cura argumentó que la única verdadera emergencia que se vive en la provincia es la “Emergencia moral” por pagar una miseria a los jubilados docentes y policías de hoy “los mismos que ayer arriesgaron su pellejo recorriendo montes y picadas, cuando en Misiones había pocos caminos. Pero ya sentirán los funcionarios de hoy en carne propia cuando sean ellos los jubilados”.





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