DAMASCO, Siria (AFP y Agencias). “El objetivo del Ejército es matar a los heridos y a los que deben atenderlos”, denunció un miembro de Médicos Sin Fronteras (MSF). La mayoría de las lesiones son por bala o esquirlas de granadas.El testimonio es de un anestesista francés del equipo de MSF, que regresó de una misión clandestina en Siria. “Estuvimos unos diez días en territorio sirio para después pasar clandestinamente desde Turquía”, contó. “Pudimos desplazarnos con múltiples precauciones en la región de Idleb”, una ciudad del noroeste de Siria cercada por el Ejército. Según el médico, “la situación era idéntica por todas partes: la mayoría de las heridas eran por bala o esquirlas de obuses. Tengo el recuerdo de un pie arrancado por una mina antipersonal. La atención de esas personas era muy precaria, a menudo se limitaba a primeros auxilios”, recordó. En 14 meses, el conflicto por las revueltas ha dejado más de 12.000 muertos en Siria, en su mayoría civiles abatidos por las tropas, según el Observatorio sirio de los derechos humanos (OSDH). “Los pacientes operados parten del hospital y vuelven a sus domicilios en un tiempo récord, a veces en una hora, por temor de ser detenidos. También tuvimos dificultades para operar. El personal sanitario es considerado un blanco prioritario al igual que los combatientes”, explicó el médico. “Según los doctores sirios, es tan peligroso ser sorprendido atendiendo a los heridos como tener un arma en la mano”, dijo un cirujano de MSF que participó en la misión. “Los dos médicos con los que más trabajamos acababan de salir de la cárcel, donde habían sido enviados porque se sospechaba que habían atendido a heridos de las manifestaciones”.




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