LA PAZ, Bolivia (AFP y Agencias). A las últimas manifestaciones campesinas se suma una huelga nacional de 72 horas convocada por la principal central de trabajadores. ¿Por qué los grupos sociales que lo llevaron al poder se distancian del mandatario? El descontento popular con el Gobierno y el rechazo creciente que manifiestan sectores que constituían su principal base de sustentación, como los indígenas, no surgió de golpe. Es el resultado de un lento proceso de desencantamiento que empezó a gestarse en 2010, luego de la reelección de Morales y de la sanción de la reforma constitucional y que se relaciona con la percepción de que el MAS había traicionado sus lineamientos. “El Gobierno hizo un uso instrumental de lo indígena, imponiéndolo como nueva religión de Estado, pero a partir de una imagen muy burda que poco tiene que ver con lo que esos pueblos verdaderamente son. Desde la marcha del Tipnis del año pasado esa máscara indigenista se ha caído y hoy está pasando algo muy interesante, que es que la mayoría de la sociedad boliviana está defendiendo los derechos indígenas contra el Gobierno del Movimiento al Socialismo (MAS)”, afirma a Infobae América Jimena Costa, politóloga de la Universidad Mayor de San Andrés de La Paz. La construcción de una carretera para unir los departamentos de Beni (norte) y Cochabamba (centro) atravesando el Tipnis (Territorio Indígena y Parque nacional Isiboro-Secure), con el riesgo para el medio ambiente que una obra de esa envergadura supone, fue lo que hizo estallar la alianza entre Morales y un sector importante de los indígenas del occidente del país. “Detrás del plan de construcción de la carretera está el proyecto de los productores cocaleros y otros intereses económicos que buscan la articulación de estos dos departamentos para extender la frontera agrícola, es decir, ampliar los territorios para el cultivo. Esto cambió la imagen de la administración de Morales, que dejó de parecer un Gobierno preocupado por el medio ambiente, la madre tierra y los pueblos indígenas”, explica Carlos Cordero, analista político de la Universidad Católica de La Paz. Lo mismo le cabe a la huelga general de 72 horas convocada por la Central Obrera Boliviana (COB), que se adhirió a la protesta de los médicos y demanda mejoras salariales.





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