POSADAS. Nunca es tarde ni tampoco pronto para iniciar un emprendimiento o arriesgarse a más, cuando el objetivo es progresar y hacer lo que a uno verdaderamente le gusta. La frase en guaraní “Añeteteguava Iporâme” indica que se trata de “el comienzo de algo lindo” y ello se lee en cada producto de Té Dana que propone blends de té negro o verde y también de yerba mate, un producto que progresivamente va conociéndose y ganando consumidores.Las hermanas Nancy y Daniela Ortt son las responsables de un emprendimiento que nació en abril de 2010 cuando “buscábamos una opción de trabajo, porque cada uno tenía sus ocupaciones. Ella (Nancy) era ama de casa y yo quería cambiar el mío de docente, así que empezamos a evaluar opciones y pensamos en el té”, explica Daniela, quien hasta el 27 de abril se desempeñó como docente, durante dos décadas, en el colegio Santa María.La pregunta surge en forma inevitable ¿por qué esa elección? Y la respuesta llega de inmediato, “porque yo trabajaba en el laboratorio de la Cooperativa Agrícola de Oberá, haciendo el control de calidad de la yerba. Un ingeniero del Inta me sugirió que me dedicara al té y así empezamos. Compramos las primeras bolsas de té, arrancamos con muestritas, buscábamos que quede el aroma del té, empezamos por nuestros amigos, parientes, conocidos, nuestras hijas, pero no les gustaba, fue un arduo trabajo”, señaló Daniela, quien es bioquímica. Nancy aporta que fueron mejorando el blend, sobre todo realzando sabores, porque primero pensaban en algo natural, con poca esencia o nada, “pero fuimos viendo que a quienes verdaderamente les gusta el té nos sugerían que tenga más sabor y aroma”.Actualmente cuentan con treinta muestras de blend que comercializan También tienen otros diez blends exclusivos para gente que vende con su propia marca. “Hay sabores que son diferentes a los que existían en el mercado, como Dana Orange, que es naranja, cacao y menta, que es muy pedida. También tenemos Verde Tropical, con maracujá y melón, ya había con maracujá pero la piden mucho. Esto es como la cocina, cada uno le da el toque distintivo. Incorporamos flores de cañafístola, porque la gente quiere algo regional y autóctono”, señaló Nancy. También agregó que “hay otro que tiene fruto estrella, conocido como carambola, que tiene un sabor bien tropical, a fruta fresca. Después lo tradicional, rosa, jazmín, limón, limón y miel, jengibre”.El emprendimiento lo iniciaron en abril de 2010 y lanzaron el producto en diciembre de ese mismo año. “Ella (Daniela) fue creando las mezclas a partir de lo que había observado en un viaje especialmente realizado a Buenos Aires con ese fin. Puso énfasis además en el gusto y preferencia de los consumidores y nos encargamos hasta del diseño de las latas en la compu”, refirió Nancy, quien es licenciada en administración de empresas.La primera muestra en la que participaron fue en la costanera de Posadas. “En esa ocasión íbamos a tener contacto por primera vez con un diseñador de Buenos Aires, del programa Hecho en Misiones, que nos iba a dar una mano en ese aspecto, y grande fue nuestra sorpresa porque quedó encantado con nuestro diseño. La gente acá está descubriendo el consumo del té a nivel sensorial y disfruta, tanto adultos como jovenes”, apuntaron. Sin subsidios“Cuando comenzamos a vender, treinta latas era un excelente número, pero llamábamos a los proveedores y mil latas era lo mínimo que nos vendían. Nos encantaría llegar a destinos internacionales. Ya hay gente que vino del exterior, probó nuestros productos y recibimos muy buenas críticas. Estamos en este programa del Ministerio de Desarrollo Social, que no nos ayuda económicamente pero sí permitiéndonos participar allí y eso lo agradecemos. Fuimos a Caminos y Sabores, a Córdoba. No tuvimos ningún subsidio ni nos quejamos por ello, ahora si así fuera estaríamos felices porque podríamos invertir más en esto”, apuntó Daniela Ortt. “No podemos vivir exclusivamente de esto, todavía seguimos reinvirtiendo. Cuesta dar el salto para vender en un volumen mayor”, indicaron.





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