POSADAS. Cuando dos personas hablan de violencia familiar, rápidamente se relaciona el maltrato intrafamiliar con las mujeres como víctimas de los hombres, sin embargo, día a día salen a luz más casos de hombres que son víctimas de agresiones físicas o psicológicas por parte de sus novias y esposas.En muchísimas ocasiones, los hombres no se presentan a radicar las denuncias por temor a los prejuicios de la sociedad. Y este dato no es menor, porque a sabiendas de esta situación, las mujeres continúan maltratando a sus parejas masculinas sin temor a ser descubiertas. PRIMERA EDICIÓN dialogó con el director de la Dirección de Violencia Familiar y de Género, Carlos Quintana, quien, entre otros temas, contó que cada vez se recepcionan más casos de violencia hacia el hombre, aunque en esta sociedad se trate de un “tema tabú”. “Las denuncias de hombres alcanzan el 2%, pero la verdad es que no se denuncian más casos por vergüenza o miedo a contar una realidad”, comentó Quintana. Es decir, dos de cada cien hombres llaman a la línea 102 o buscan asesoramiento en este organismo. Si se tiene en cuenta que hace unos pocos años no había casos recepcionados, el incremento es significativo, más teniendo en cuenta que pocos varones se animan a radicar una denuncia en las instituciones. Los especialistas en la materia indican que uno de los problemas que con frecuencia se presenta en un varón es que le cuesta admitir que está siendo agredido por su pareja, siente que su hombría será afectada o piensa más en el “que dirán” sus amigos, familia o la comunidad, antes que enfocarse en salir de una relación violenta. Un dato no menor y que para muchos especialistas es fundamental tener en cuenta es que en la mayoría de las veces la violencia hacia el varón es psicológica, por lo que la contención debe ser la principal vía de escape a sus problemas y para ello debe contar con asistencia especializada en psicología y el apoyo de su círculo más íntimo. “Al igual que en el caso de las mujeres, es importante que el hombre no guarde silencio, que ponga la denuncia en contra de la agresora y más aún cuando hay señales visibles de violencia física”, manifiestan los especialistas. “Las personas que han sufrido maltrato vienen a la Dirección con mucha vergüenza, luego de sufrir años los abusos de poder, por lo que resulta fácilmente detectable en la primera entrevista”, dijo Quintana. El proceso luego de conocer un caso de violenciaLuego de los problemas que surgieron por las amenazas a los operadores de la línea 102, el primer día de abril se logró volver a la atención telefónica durante las 24 horas en este servicio de ayuda por casos de violencia intrafamiliar. Quintana señaló que también se realizan visitas pedagógicas a barrios y Centros de Atención de la Salud, con conferencias y charlas. “Es para que conozcan qué deben hacer si sufren abusos o si quieren denunciar casos y no se animan. En estas charlas las víctimas se abren más ante los profesionales, por lo que resultan muy efectivas para prevenir”, confió el hombre. “Bajo el lema de burocracia cero, con una sola llamada y sin ninguna nota de por medio, bajamos a cualquier barrio el equipo interdisciplinario, que está compuesto por psicólogos, trabajadores sociales, administrativos y los operadores en la Dirección de Violencia. Y también tenemos, bajo un régimen de tutorías, a estudiantes de avanzada en la carrera de Trabajo Social y Psicología, quienes quieren aprender el desarrollo de la profesión y, por supuesto, son supervisados por los profesionales que están a cargo de esto, que son personas reconocidas, con mucha experiencia”, comentó el director. Con respecto a la metodología de trabajo, la Dirección detalló que los operadores reciben los llamados y actúan de acuerdo al caso. Si se trata de un abuso físico o psicológico, se toman los datos del agresor y se realiza la citación correspondiente a las personas damnificadas para que sean evaluadas por una trabajadora social y luego derivadas a una psicóloga para someterse a un tratamiento. Si el caso se tratase de una denuncia penal, los abogados de la línea 102 se encargarán de que el problema se resuelva mediante vía judicial.Quintana detalló: “En esta línea, con la llamada se actúa de la siguiente manera: los operadores recepcionan la denuncia de presuntos casos y la diferencia de nuestro trabajo es que nosotros no le decimos a la gente que viene buscando ayuda, colaboración o, simplemente, un consejo, que haga la denuncia directamente. Para las personas que concurran a nuestro organismo, tenemos un filtro, donde el abordaje comienza con una entrevista inicial con un administrador o trabajador social y ellos los derivarán a la terapia, si hay hechos de violencia o maltrato”. “Hay indicadores fuertes que indican que la violencia va en aumento progresivo y esto se da porque la temática está mucho más visibles que años anteriores”, manifestó el director del organismo sobre cómo ve a la sociedad y ejemplificó: “Es fácil de ver eso en la calle, donde en cada segundo se escucha una agresión verbal”. Creció el maltrato hacia los niños“La denuncia más común sigue siendo la violencia contra la mujer, pero ha crecido muchísimo el maltrato hacia los chicos, en especial el abuso. Si bien es cierto que nuestra institución no es competente para tratar la temática del abuso infantil, nosotros hacemos un informe de los psicólogos y remitimos de manera inmediata a la Justicia Penal”, comentó Quintana con respecto a las denuncian que se recepcionan en la Dirección de Violencia Familiar y de Género. Para el hombre es alarmante las estadísticas de casos de abusos a chicos. “Alrededor del 80% de los casos recepcionados es de violencia contra la mujer dentro de los hogares, que es familiar. La mayoría de los casos es maltrato dentro de su hogar por su pareja y luego se reciben llamados por maltrato al menor”, precisó el funcionario.





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