BUENOS AIRES. Es preocupante el incremento en el consumo de drogas, predominantemente alcohol y tabaco, por parte de los estudiantes de 15 y 16 años en Argentina. En este grupo la curiosidad es un factor que incrementa el riesgo de utilización de drogas ilícitas. Así lo reveló la Quinta Encuesta Nacional a Estudiantes de Enseñanza media sobre el consumo de sustancias psicoactivas y factores de riesgo y protección asociados, un sondeo bianual nacional realizado el segundo semestre de 2011 por el Observatorio Argentino de Drogas (OAD), de la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar).Cabe aclarar que el estudio indica “consumo o uso” -experimental, ocasional o frecuente- de sustancias en un período de tiempo y en ningún caso estima adicción o dependencia. La investigación se realizó por medio de encuestas autoadministradas y anónimas a 90.450 estudiantes -que representan a más de un 1.700 mil estudiantes-, que reveló que la proporción de alumnos que se inician en el consumo de tabaco, alcohol, solventes, marihuana y cocaína fue mayor en 2011 respecto a 2005. Si bien hay un leve descenso en el consumo de tabaco -bajó un 13% en estudiantes de 17 años-, lo preocupante es la magnitud del abuso en el alcohol. Actualmente, uno de cada diez jóvenes reconoce haber consumido, en los últimos treinta días, cinco o más vasos en una sola ocasión, lo que se denomina “binge drinking”. Más de una cuarta parte reconoce haberse emborrachado y/o haber tomado en exceso en una misma salida u ocasión.El patrón de consumo abusivo de alcohol tiene una tendencia clara y ascendente. Tanto en varones como en mujeres y en todos los grupos de edad, siendo más preocupante en los estudiantes de 15 y 16 años. El abuso de alcohol ocurre fundamentalmente durante los fines de semana, en las fiestas o boliches y también en las casas de los estudiantes o en la de amigos. La bebida involucrada en mayor medida es cerveza y en segundo lugar tragos que combinan con bebidas fuertes. En 2001 el 39,7% de los varones cometía este tipo de exceso. Diez años después (en 2011), el 68% lo hace.En el caso de las mujeres, en 2001 el consumo abusivo de cinco vasos o más en una noche era de 19,5%, que se duplicó en 2005 (44%) y en 2011 fue de 59,1%. Los porcentajes para ambos sexos señalan que en 2001 tres jóvenes de cada diez habían consumido cinco vasos o más de alcohol en una misma ocasión, en el último mes. En 2011, seis de cada diez lo habían hecho.El incremento de consumo en las mujeres, genera condiciones favorables a situaciones de violencia, accidentes, intoxicaciones, descontrol en el cuidado de la salud (embarazos precoces, contagios, etcétera). El uso de alcohol y de manera abusiva es un factor de riesgo para el consumo de drogas ilícitas, incrementando la situación de vulnerabilidad en esta población adolescente. Drogas ilegalesRespecto a las drogas ilícitas, el OAD destaca que es clara la tendencia ascendente en el consumo de marihuana y de pasta base-paco y una estabilidad en el consumo de cocaína desde el incremento observado en 2007. Si bien son los varones quienes en todas las sustancias y años presentan el mayor consumo, hacia 2011 se observan leves incrementos en el consumo de las mujeres. Percepción de los riesgos Todas las sustancias, legales e ilegales, en su uso frecuente son consideradas de gran riesgo por la mayor proporción de alumnos. En cuanto al consumo ocasional de tabaco y alcohol, la mayoría lo considera de riesgo leve o moderado. Un cuarto de los estudiantes desconoce los peligros de tomar estimulantes en cualquiera de sus usos. Entre las drogas ilícitas, la marihuana es percibida como la de menor de riego: el 20,8% de los encuestados considera inocuo su uso experimental (“probar”) y el 38,3 como de bajo riesgo. Respecto al consumo ocasional, el 48% señaló -que percibe- un riesgo moderado. Otro dato que alerta es que la mayor parte de los encuestados considera de riesgo leve o moderado el uso experimental de cocaína, pasta base-paco y éxtasis. Otro factor de riesgo se asienta en la curiosidad de probar alguna droga ilegal y en la certeza de hacerlo frente a la posibilidad de tener acceso u ocasión. El 18,4% de los estudiantes manifiesta tener curiosidad de hacerlo, tanto varones como mujeres. El lugar de los padresEl nivel de atención por parte de los padres sigue siendo un factor de riesgo y protección fuertemente asociado al consumo de drogas. Los estudiantes cuyos padres tienen actitudes de mayor atención y cuidado respecto de la vida de sus hijos, tienen una tasa de consumo de drogas ilegales del 4,4% frente al 52,7 de los hijos de padres que tienen actitudes de menor atención y cuidado. Y a medida que la protección aumenta, el consumo disminuye. El estudio sostiene que entorno de amigos que consuman regularmente alcohol o drogas ilícitas, también influye en que el joven consuma. Otro elemento encontrado determina que “a mayor oferta, mayor probabilidad de consumo”: el 25,3% de los estudiantes ha recibido oferta de marihuana, ya sea para comprar o probar, y esta ha sido mayor en el último mes anterior a la encuesta. Al 10,3% le ofrecieron cocaína, al 5,5 le ofertaron pasta base-paco y al 5,2 éxtasis. Además, para el 38% de los estudiantes es fácil conseguir marihuana; para el 20,9 es fácil conseguir clorhidrato de cocaína, para el 16,1% pasta base y para un 19,8 éxtasis. El alcohol puede llevar a otras drogasEl consumo de tabaco y alcohol se configuran como factores de riesgo para el consumo de marihuana y cocaína. Entre los estudiantes que fumaron en el último año, el consumo de marihuana fue del 30,2%, mientras que entre los no fumadores, esta tasa es del 3,2%. Entre los estudiantes que tomaron alguna bebida alcohólica en el último año, el consumo de marihuana es del 15,8% frente al 1,2 del grupo de los que no bebió. Y el consumo de cocaína es del 4,1 y 0,3% respectivamente.





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