WASHINGTON, Estados Unidos (AFP y Agencias). La prensa estadounidense dio algunos detalles del operativo que permitió adelantarse a los planes de la red terrorista para hacer estallar un avión comercial en la víspera del aniversario de la muerte de Bin Laden.La cadena ABC indicó que fue un agente infiltrado en esa organización quien logró hacerse de la bomba en Yemen, preparada para ser adherida a la ropa interior y así poder sortear los exámenes en los aeropuertos. “Trabajaba en secreto para la CIA y otras agencias de inteligencia” y ahora ya se encuentra a “salvo fuera de Yemen”, indicó ABC.El hombre logró dejar ese país con el explosivo para entregarlo a personal de esa agencia en Arabia Saudita. Consultadas por la agencia AFP, las autoridades de inteligencia de EEUU no dieron detalles sobre el operativo para desmantelar el complot. Tampoco del agente infiltrado. El anuncio de que un plan para atentar contra un vuelo comercial con destino a Estados Unidos había sido frustrado a fines de abril fue anunciado el martes por la agencia AP. Otro similarSegún explicaron fuentes anónimas, era “similar” al fallido intento que en Navidad de 2009 encabezó el nigeriano Umar Faruk Abdulmutalab en un avión que se dirigía a Detroit. Aquel ataque había sido preparado por la rama yemení de Al Qaeda en la Península Arábiga (AQAP). “Ningún avión comercial” ni “ningún estadounidense o aliado” estuvo en peligro, afirmó la Casa Blanca el lunes. También informó que el presidente Barack Obama conocía la situación desde abril.El mandatario estadounidense “pidió al Departamento de Seguridad Interior, a las fuerzas del orden y a los servicios de inteligencia tomar las medidas necesarias para evitar esta clase de atentado”, precisó un vocero del Consejo de Seguridad Nacional, Caitlin Hayden.Estados Unidos se mantenía en un alto nivel de alerta en los días previos al primer aniversario del abatimiento del líder de esa red, Osama Bin Laden. Una red en decadenciaLa red terrorista está en decadencia desde la muerte de su líder, hace un año. Cercada por los movimientos democráticos de la Primavera Árabe, no encuentra un jefe que atraiga a nuevas generaciones.“Nuestro líder está muerto, pero su ideología sigue viva”, afirmaban con arrogancia miembros de Al Qaeda luego de que fuerzas especiales estadounidenses acabaran con Osama Bin Laden. En algunas regiones conflictivas de Afganistán, Pakistán, Yemen e Irak, esto es así. Pero un año después del ataque realizado por tropas de elite en Abbottabad, queda claro que la muerte del terrorista dejó un gran vacío en la red fundada por él. Entre otras razones, porque su ex compañero y sucesor a la cabeza de la organización, Aiman al Zawahiri, no cumple por completo el papel de líder mundial del terrorismo en Medio Oriente. Si bien el egipcio está cargado del mismo odio contra políticos occidentales y potentados árabes, le falta el carisma del saudí Bin Laden. Por este motivo, no es un seductor de la juventud tan atractivo como su antecesor. Al principio, la comunidad terrorista estaba conmocionada. En los foros de Internet de los islamistas se acumulaban entonces elogios póstumos al “jeque Osama”, con frecuencia acompañados de amenazas de venganza.





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