POSADAS. Los días pasan y el encuentro entre las partes no se concreta. Por esta razón, más aún tras el discurso del pasado 1 de mayo, los dirigentes cooperativos comienzan a impacientarse y amenazan con “buscar otro protagonismo” ante la falta de soluciones a los déficits y las constantes subas en los costos para la distribución de la energía eléctrica en localidades del interior misionero.El 14 de abril pasado, pidieron una audiencia con el gobernador Maurice Closs y siguen esperando. Mientras tanto, las cooperativas acusan los impactos de la inflación en sus cuentas. A los ya divulgados casos de la CEML (Montecarlo), que necesita 200 mil pesos mensuales para tapar sus rojos; la CELO (Oberá), que en 2011 perdió cuatro millones de pesos, se van sumando día a día otras entidades cuyas conducciones piensan por estas horas cómo pagar sueldos que vendrán con un 25% de aumentos.Dejaron en claro que no les cierra “un subsidio cada tanto o un aporte una vez al año que solo alcanzaría para “ir acompañando la inversión”. Y aseguran tajantes: “Si realmente nos quieren asistir, que nos bajen el precio de compra”, en este caso debería ser Emsa.Reacomodar sí, rebajar noFue el propio Closs que admitió el 1 de mayo que seguirá siendo el Estado (en realidad todos los misioneros) los que sigan subsidiando el déficit millonario de Emsa y que lo recaudado mensualmente por la empresa apenas le alcanza para el pago de sueldos y la energía. Y en la misma bolsa, el mandatario metió a las cooperativas. “Las inversiones que demanda el mayor consumo de agua y energía, ya sea para uso doméstico, comercial o industrial, solamente son afrontadas por el Gobierno provincial con sus recursos, cuando hace falta un transformador en un área concesionada a una cooperativa y esta no tiene los recursos suficientes para hacer la inversión; o cuando la inversión es en una zona administrada por Emsa y la empresa tampoco tiene los recursos para la inversión. Esto sucede porque las tarifas vigentes absorben básicamente: los costos de intermediación de la energía, de personal y de mantenimiento. Y en consecuencia es el Estado provincial el que debe cubrir estas situaciones”, afirmó Closs sin ruborizarse. Al respecto cabe recordar que en septiembre de 2011, el presidente de la entidad, el clossista Sergio Ferreyra, reveló en la Legislatura que Emsa facturaba (sin los aumentos, que llegaron poco tiempo después) unos 39 millones de pesos mensuales (32 a sus usuarios directos y 7 millones a las cooperativas: con un índice de cobranza del 94%). Ya los egresos, por entonces, eran de $44.282.716 mensuales con cinco millones de pesos de déficit mensuales. En sus últimas declaraciones a PRIMERA EDICIÓN, Ferreyra dijo que es imposible calcular cuántos fondos se necesitan porque “Emsa es una empresa dinámica como la economía de la provincia. No puedo cuantificar cuánto se necesita. Porque lo que se necesita un mes a los seis meses es obsoleto por los costos en la distribución energética”.Finalmente aseguró sobre el pedido de cooperativas de conseguir rebajas en los precios de la energía que “yo no hablo de rebajas de tarifas, pero reacomodar sí. Rebajas de tarifas, no”. La novela tarifaria recién comienza.





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