RUIZ DE MONTOYA. Eran alrededor de las 19.30 del jueves y los perros de Ruth Eggenberger no dejaban de ladrar. La mujer, de nacionalidad suiza, salió al exterior de la casa para calmarlos sin saber que caía en manos de tres temibles criminales, fuertemente armados y con los rostros cubiertos con pasamontañas.Así la redujeron, con el metal plateado de dos revólveres reflejando en su rostro y con amenazas de muerte si no confesaba el lugar preciso donde guardaba el dinero.En la vivienda de esta mujer de 61 años, situada en la parte delantera de la propiedad, los forajidos se apoderaron de 13.000 pesos. Luego maniataron a la víctima con un precinto.No conforme con ese botín, al menos dos criminales se dirigieron al sector posterior del predio, donde está ubicada la casa de Ida Guldimann, una ciudadana helvética de 83 años, suegra de Eggenberger.Allí, después de requisar cada rincón de la construcción, se quedaron con 3.000 pesos en efectivo. Como en el atraco anterior, no tuvieron contemplaciones para amarrar a una mujer octogenaria.Además del dinero, los asaltantes engrosaron su botín con relojes y joyas suizas, de incalculable valor monetario. Finalmente, tomaron las llaves, ascendieron a una camioneta Ford Ranger gris, chapa patente EUG 551, propiedad de la familia, y desaparecieron sin dejar rastros.Al menos hasta anoche, no había novedades de los autores ni de la camioneta en la que escaparon.Los criminales, según datos aportados por los investigadores, permanecieron una hora y quince minutos dentro de la casa de la familia Weidmann.Se fueron a eso de las 20.45 del jueves. Treinta minutos después, Ruth Eggenberger ingresaba en la comisaría de Ruiz de Montoya para denunciar lo sucedido.Tras la correspondiente denuncia, la Policía montó un amplio operativo cerrojo en busca de los responsable de este violento asalto, sin resultados positivos al menos hasta el cierre de esta edición.Un datoUna de las víctimas, pese a que los ladrones cubrían sus caras con pasamontañas, además de ropas oscuras, alcanzó a ver que uno de ellos tenía cicatrices en el rostro.En el escenario del lamentable episodio trabajó personal de la división Criminalística y de la brigada de Investigaciones, ambas dependencias de la Unidad Regional IV, con asiento en el municipio de Puerto Rico.La comisaría de Ruiz de Montoya labra las actuaciones de rigor, con conocimiento e intervención del Juzgado de Instrucción 1, a cargo del magistrado Éctor Acosta, concluyó el portavoz policial. Un antecedente preocupanteUn antecedente igualmente grave se produjo en la localidad de Ruiz de Montoya en enero pasado, más precisamente el día 13, cuando dos criminales se llevaron 45.ooo pesos de un aserradero de esa comuna, correspondiente al pago de sueldo del personal.Uno de ellos intimidó al propietario con una escopeta de caño recortado mientras el cómplice guardaba el dinero. Este caso guarda una similitud, además, con el perpetrado el jueves, a la noche, en la propiedad del empresario Weidmann.Los responsables se dieron a la fuga en la camioneta del dueño del lugar asaltado.Según datos oficiales el hecho fue cometido a las 17.20, en el aserradero “Bello Horizonte”, situado en el paraje que lleva el mismo nombre, a unos diez kilómetro del casco urbano de Ruiz de Montoya y a metros de la ruta provincial 7. El malviviente que parecía ser el líder encañonó al capataz y le exigió la entrega de dinero. Hablaba con acento local. Mientras tanto, el cómplice se apoderó de unos 45 mil pesos. Una vez que tuvieron el botín en su poder, tomaron las llaves de la camioneta Chevrolet S-10 de color gris claro y desaparecieron sin dejar rastros. No hubo detenidos en averiguación del hecho.





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