POSADAS. Matías Scarabotti, propietario de la Librería “Tras los pasos” fue distinguido como el librero del año por la comisión de la Fundación El Libro, al término de las Jornadas Profesionales, en la 38º edición de la Feria Internacional del Libro que hasta el 7 de mayo se desarrollará en el predio de La Rural, en Palermo.Lo primero que hizo el empresario al recibir la placa de bronce ante unos 300 espectadores congregados en la Sala José Hernández, fue agradecer a los misioneros “porque si ellos no hubieran venido a comprar libros a esta librería, no existiría. Lo que refleja este premio es que en Misiones se lee, que hay muchos lectores, que hay inquietud por la lectura. Y eso es lo que nos pone orgullosos”.Respecto a los logros obtenidos, indicó que no se considera un visionario. “Solamente conocía el rubro, tengo mucha voluntad para el trabajo, tengo mucha necesidad de trabajo, y le pusimos mucha voluntad, mucha fuerza y mucho amor. Creo que lo que se hace de ese modo es improbable que salga mal, pero sin el otro lado esto no sería posible. Por eso estamos sumamente agradecidos”, agregó.“Fue algo hermoso que no esperábamos. Es que uno no trabaja para esto. Que se fijen desde Buenos Aires y a nivel nacional es importante”, subrayó. Admitió que “estamos muy entusiasmados, agradecidos. Está muy bueno hacer las cosas bien, porque vuelven. En principio el negocio funciona, y es bárbaro, y en segundo lugar, es reconocido a nivel regional. La gente nos lo dice, nos sentimos sumamente contenidos y en casa. Pero que también lo vean desde tan lejos está más bueno aún. Somos una lucecita en el Nordeste Argentino, que está alumbrando y que llega a los centros urbanos más importantes. Eso es un orgullo”. Al hablar de los inicios recordó que empezaron con un local muy pequeño en el Posadas Plaza Shopping. “Arrancamos tímidamente con mi esposa Carolina (Arraya) que estaba embarazada, trabajábamos todo el día con una sola persona que nos ayudaba, con la idea de hacer una librería infantil. Trajimos algunos libros para adultos que, finalmente fueron los que se vendían más rápido que los infantiles, o al menos iban a la par, entonces empezamos a alimentar esa parte. Así, fuimos creciendo hasta abrir un nuevo local acá y el restante en Oberá”.





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