Son muchos los que piensan que “prender un porro” no hace nada. Que es normal y no hace daño y que no tiene mayores complicaciones. Pero está comprobado que la marihuana es la puerta de acceso a un mundo de drogas donde la inventiva, la prueba y la mezcla están a la orden del día. “Probar para que pegue” y si “pega”, difundirlo y si “pega en muchos”, comercializarlo. Ese camino inexorable recorren las nuevas drogas en un escenario como la noche donde las víctimas son los jóvenes.Cada día surgen nuevas opciones en un mundillo donde sólo vale “divertirse”. Justamente esta fue la denuncia del programa Periodismo Para Todos que se emite por Canal 13 (lo conduce Jorge Lanata), el pasado domingo: la “nueva Efedrina”. Sucede que la droga denominada GBL y el cloruro de etilo son precursores químicos, es decir que se utilizan para la elaboración de una droga. En este caso, ingresan al país para producir pinturas, herbicidas y suplementos dietarios. Pasa que con dos o tres toneladas al año, ya se cubre el proceso de producción. Sin embargo, según la denuncia de PPT, a la Argentina ingresan cien toneladas anuales.¿Qué pasa con las 97 toneladas restantes? “Lamentablemente se utilizan como éxtasis líquido y lanzaperfume”, indicó Marcelo Peretta, farmacólogo y secretario general del Sindicato Argentino de Farmacéuticos y Bioquímicos, en diálogo con PRIMERA EDICIÓN. “Son dos drogas de abuso, que en definitiva son precursores químicos: sustancias que se utilizan para elaborar una droga”, agregó el profesional. “El éxtasis líquido se ve cada vez más, se la suele llamar ‘la droga de la violación’. Es la que se pone en la bebida de las chicas y provoca que ésta no pueda controlar sus actos, se empieza a adormecer, a desvanecerse y no puede defenderse ante un ataque. Es un líquido que viene en un frasco, incoloro, inoloro e insípido, sólo tiene un leve gusto amargo, entonces se mezcla con la bebida y en el organismo produce este tipo de somnolencia, de sedación”, agregó Peretta. Por su parte, el “lanzaperfumes” o cloruro de etilo, “es un estimulante que se rocía en una toalla y se pone en la nariz para inhalar o a veces, con un rociador, se lo pone dentro de un ambiente. Entonces, cuando uno suma un estimulante por un lado y un depresor por el otro, estos efectos contradictorios en un organismo hacen mucho daño. Eso es lo que tenemos que empezar a advertir como sociedad”, remarcó Peretta. Según el farmacólogo, si se mezcla un estimulante con un depresor, el cuerpo sufre un shock donde se estimula y luego viene la sedación, el momento donde puede pasar el abuso. “Lo que se busca es dañar y atacar para sacar un beneficio: violar, robar, sacar una clave secreta, etcétera. Lo que vemos en las películas es cierto, pasa en la vida real”, destacó.Para probar y probarLos datos indican que se duplicó el consumo de marihuana en los jóvenes de 17 a 21 años. “Siempre se dice que la marihuana es la puerta de ingreso a las drogas y si aumentó el consumo de marihuana, es obvio que va a aumentar el consumo de este tipo de sustancias. Y no todas las drogas son la cocaína o el paco, que son conocidas. Si no que se conocerán drogas de abuso nuevas que permanentemente se prueban. Los chicos lo hacen todos los fines de semana, en la jarra loca u otras”, remarcó Peretta. “Mucho más tóxicas y dañinas”Peretta destacó que es muy peligroso el consumo de este tipo de sustancias entre los jóvenes y que, muchas veces, son ellos mismos los que buscan experimentar con nuevas drogas disponibles en el mercado negro. “Los chicos están muy acelerados, a veces porque ellos mismos quieren mayores sensaciones, quieren hacer cosas que no harían sin el efecto de una sustancia, pero después quedan presos de esta sustancia. Como produce el mismo efecto una y otra vez, después cansa y comienzan a buscar otras sensaciones”, señaló el profesional. Entonces sucede que los jóvenes empiezan fumando marihuana, continúan con psicofármacos “que le roban a la abuela” y después van por “estas drogas más finas y precisas en el efecto psicofarmacológico que producen, pero mucho más tóxicas y dañinas”, explicó el profesional. Cuando el joven deja de consumirlas, “se genera la abstinencia, la dependencia física y química”. Peretta advirtió que hay que estar atentos, porque “la droga y quienes la manejan, son muy astutos en cómo vehiculizarla. Entonces, tenemos que tener en cuenta que los controles que teníamos hace unos años ya no sirven para este tipo de adicciones. Además de que ellos encuentran siempre la forma de superar los controles y las barreras, ahí es donde tenemos que tomar conciencia, si no la generación que viene va a ser una generación más adicta”.La divulgación en el programa de LanataSegún Peretta, son necesarios más informes que demuestren qué es lo que pasa cuando los jóvenes van al boliche. Sin embargo, pidió que se realicen fuera de espacios políticos, porque “estos son problemas tan graves en la sociedad que no hay que incluirlos en programas donde se pueda atacar a un político. Pasa que se desvirtúa y la gente piensa que es político y, por ende, no es verdad; y se equivoca, porque pasa, es verdad. Sabemos que este tipo de cosas ocurren y se tienen que combatir. Muchas veces reaccionamos cuando mueren muchas personas y es tarde”, señaló. Para finalizar, Peretta pidió ser “firmes con la problemática de la droga porque quieren negociar con la vida de la gente. Hay que ser más astutos y establecer regulaciones. Debemos educarnos como sociedad porque el problema se agrava”.
Discussion about this post