Ya cuando el gobierno nacional anunció que se dejaría de elaborar por un tiempo, debido a “problemas de empalme” el Indice de Pobreza tradicional basado en las canastas de pobreza e indigencia; hubo sospechas de que por un cálculo electoral se privaba al Estado de una herramienta central para evaluar la realidad socio-económica.El Índice multidimensional que se elaboró por indicaciones del gobierno, no se limita a registrar la pobreza por ingresos, como se hizo hasta 2013; sino que agrega otras líneas que sirven para detectar los hogares con privaciones, como las carencias de determinados servicios, informalidad laboral, baja educación, entre otros.Según la nota periodística, “para 2012, único cálculo cerrado para ese índice alternativo, 39% de los hogares (4..564.456 millones) tenía al menos una condición de pobreza. Pero “el corte sugerido” por los técnicos que hicieron el trabajo para definir la pobreza fue, no obstante, de tres condiciones como mínimo. Con ese criterio, los hogares pobres eran un 25,8% (3.0 19. 563 millones). La definición porcentual por sí misma, no obstante, no incorpora al debate todas las implicancias del tema, que en parte es reflejo o efecto de una coyuntura actual y determinada, y por ello el gobierno nacional “cajonea” el proyecto; pero también reconoce una dimensión estructural que, como tal, excede el análisis cortoplacista. De ahí que el titular de Cáritas, monseñor Oscar Ojeda, dijera que negar la pobreza es “taparse los ojos para no ver”, pero limitarse al sinceramiento de los números, “no agotaría la gravedad de la situación, ya que sería deseable poder conversar reconociendo más nuestras posturas, nuestras diferencias y también nuestros caminos de salida”.
Discussion about this post