Señora Directora: Como humilde ciudadano que se enamoró de este paraíso terrenal llamado Misiones, hace dos años decidí radicarme definitivamente en una hermosa comarca del centro este de la Provincia. En mi veteranía y por temor a perderme alguna de las inmensas bellezas con las que Dios dotó a esta tierra colorada, periódicamente emprendo un pequeño viaje de ida y vuelta hacia destinos que me siguen asombrando, no solamente por su belleza sino por la calidez de su gente, sean criollos o gringos, todos con el rostro curtido por el día de trabajo que viene incorporado a su sangre como un ADN fácil de percibir.Soy un viejo rutero que ha querido a lo largo de su vida invertir en el bien más preciado que tiene un ser después de su familia y es el de viajar y conocer nuestro país, las costumbres de su gente y su forma de vida.Desde que vivo en Misiones y por la ubicación geográfica de mi domicilio, debo obligadamente transitar por la Ruta Nacional 12, quizá una de las que tienen el paisaje más bello de toda la República Argentina en este tramo misionero, pero la verdad salta a la vista cuando ingreso con el vehículo a “lo que queda” de la cinta asfáltica porque la única palabra que me viene a la mente para escribir es desidia por parte de quienes tienen la responsabilidad de realizar el mantenimiento del asfalto y “tercerizan” en un grupo de amigos que se disfrazan de empresarios y ponen a trabajar a unos pocos obreros a quienes seguramente no les pagan ni la mitad de lo que debe cobrar un asalariado con recibo de sueldo blanqueado.Me pregunto para que existen Vialidad Nacional, Provincial o Municipal, peajes, etc. si no arreglan ninguna ruta Nacional que, paradójicamente son las más transitadas por lugareños, turistas o transportistas. Todos tenemos derechos y obligaciones, pero a la vista está que estos gobernantes, cualquiera sea su signo político, se preocupan solamente de sus derechos.Hoy por la mañana, viajé a Iguazú y llovía y usted sabe que en Misiones cuando llueve, llueve y mucho, aunque es algo que no debe preocupar mucho si uno conduce su vehículo con responsabilidad para cuidarse y cuidar a nuestros semejantes, pero eso no basta porque la ruta que he utilizado y utilizo cada día de la semana es la mencionada querida Nacional 12, la que tiene historia propia, la que vio llegar a los colonos cuando aún su traza era de tierra o ripio y lamentablemente hoy sus descendientes, están sufriendo las consecuencias del desastre, la corrupción y desidia que representa su estado calamitoso en muchos tramos de su extensión por la tierra colorada como si aún fuera de tierra o ripio. Los camiones dejan surcos profundos que cuando juntan agua representan un peligro para quienes transitan en automóviles por el conocido efecto “patito” o como se le quiera llamar cuando el vehículo se dispara casi volando para cualquier lado y después debemos lamentar accidentes con graves consecuencias con el agravante que siempre van a encontrar en el conductor del rodado al único culpable.Está muy bien que construyan la autovía desde Posadas hasta Santa Ana, pero también es cierto que el 1% (uno por ciento) del presupuesto destinado a esa faraónica obra serviría para realizar al menos una buena campaña de bacheo pero en serio y no con esos camiones viejos y cuatro muchachos con una pala eligiendo cual de todos los pozos van a tapar, porque créame mi amigo que parece que los eligieran ya que usted viaja mirando el piso para esquivar aquellos que no fueron reparados.Deberían replantearse de una vez por todas cuales son los motivos de tantos accidentes graves que a diario ocupan las páginas de los medios para comprender que el estado casi en ruinas que muestra gran parte de la Ruta Nacional 12 es motivo principal en las estadísticas y dentro de esos motivos, tampoco se pueden hacer los “tontos” mirando para otro lado cuando transitan por Eldorado o Esperanza pues hace ya muchos años que debemos recorrer el camino de lo que algún día será una rotonda en medio de cráteres con piedras de punta porque ni tienen la inteligencia siquiera para pasar una niveladora así la tierra y piedra se compactan y hacen más llevadero el paso por el lugar.Se muy bien que lo mío es apenas una voz en tanto silencio, pero puedo asegurar que somos muchos los que padecemos la Ruta Nacional 12 y su peligroso estado. Se también que están en campaña electoral y la preocupación pasa por colocar carteles inmensos a la vera de la Ruta Nacional 12 para que después de agarrar un bache les miremos el rostro que tienen con la sonrisa dibujada y pensemos lo que por respeto no queremos decir.Ricardo BustosCapioví (Misiones)





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